Ventajas y recomendaciones en aerosoles

En este artículo te hablaremos sobre los aerosoles y las grandes ventajas que tienen al realizar algunas tareas, además de las características básicas 

Como sabemos un aerosol es el conjunto formado por un recipiente no reutilizable de metal, vidrio o plástico que contenga un gas comprimido licuado o disuelto a presión con o sin líquido, pasta o polvo, y esté provisto de un dispositivo de extracción que permita la salida del contenido en forma de partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas, en forma de espuma, pasta o polvo, o en estado líquido. En 1927, el Ingeniero Químico noruego Erik Andreas Rotheim presentó la primera patente de una lata de aerosol.

El aerosol se ha convertido en un elemento cotidiano debido a su facilidad de uso. La aplicación del producto es inmediata, cómoda y manejable. En cada pulverización, permite una dosificación controlada de la cantidad del producto que se dispensa sobre el área precisa de aplicación, sin que haya desperdicios ni sobredosificaciones. Además, la garantía de hermeticidad del contenido en este tipo de envasado no permite que se contamine, lo cual conserva el producto en sus propiedades originales.

Se ha comercializado masivamente por su capacidad para descargar distintos materiales.

Entre la variedad de productos podemos encontrar insecticidas, limpiadores, desinfectantes, lubricantes, aromatizantes, medicina, desodorantes, antitranspirantes, espumas de afeitar, crema chantilly, aceite, laca fijadora, adhesivos, pintura, nieve artificial, serpentina, gas pimienta y extintores.

Cualquier tipo de aerosol está compuesto por un recipiente donde se almacena el producto y un mecanismo de expulsión que permite sacar de forma vaporizada el contenido, el cual puede ser activado de forma manual o mediante un gas propelente a alta presión, esta presentación de aerosol contiene una parte de gas licuado con el producto, que junto con el fondo arqueado del envase mantienen la presión necesaria para funcionar.

Durante el proceso de fabricación de un aerosol, lo más importante es comprobar su peso al sumergirlo en agua caliente (50º C), porque se eleva la presión interna y permite que las posibles fugas se manifiesten; por norma aquellos que las presenten deben ser rechazados.

Un aerosol a alta presión garantiza que la primera y última pulverización tenga la misma eficiencia

Su caducidad depende de la expiración del tipo de sustancia que contenga, más no del aerosol en sí, lo que genera variación en las prescripciones que tiene cada producto. Además, los aerosoles son altamente inflamables, por lo que se recomienda almacenarlos a temperatura constante entre 10 y 25º C, lejos de la contaminación externa para evitar la oxidación del envase metálico y reducir alteraciones de las propiedades físicas del contenido.

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