Tipos de protección a la madera
La madera es un material poroso, ya que contiene pequeñísimos e innumerables agujeros de varios tamaños, además de defectos inherentes a la naturaleza de la madera, alteraciones que se han producido durante el crecimiento del árbol.
La madera es bella, versátil, térmica y muy duradera con el mantenimiento adecuado; por lo que siempre ha resultado ser un material muy eficiente y funcional, considerado de lujo en ciertas aplicaciones para la elaboración de bienes muebles e inmuebles.
Hay tres buenas razones para otorgarle acabados de protección y decoración a las superficies de madera: ayudar a mantenerla limpia, lograr estabilizarla en su interacción con el medio ambiente y dotarla de decoración. La estructura y composición de la madera le confieren particulares propiedades que la convierten en un material idóneo para la fabricación de prácticamente cualquier cosa. Desde sencillos objetos, hasta complejas estructuras de gran tamaño y complejidad, como puede ser una edificación.
Independientemente del producto que se utilice, como principio fundamental se debe eliminar completamente cualquier barniz previo; ceras, aceites, manchas de madera, polvo, suciedad, grasa, áreas irregulares y material pegajoso.
Considerando la penetración alcanzada por el elemento protector en la madera, los tipos de protección se clasifican en: superficial, media y profunda. En la protección superficial la penetración media alcanzada por el protector es de 3mm, siendo la mínima de 1mm, en cualquier punto de la superficie impregnable tratada. En la protección media la penetración alcanzada por el protector es superior a 3mm, sin llegar al 75% de la parte impregnable. Y por último, en la protección profunda la penetración media alcanzada por el protector, es igual o superior al 75% de la parte impregnable.
La radiación solar actúa sobre los recubrimientos, sobre todo los rayos ultravioletas e infrarrojos. Los rayos ultravioleta degradan progresivamente las resinas del producto de acabado, principalmente aquellas que no están protegidos por los pigmentos. Los rayos infrarrojos tienen una acción indirecta al producir un recalentamiento de la superficie de madera.