Selección del conductor eléctrico
Los conductores son la parte vital del cable; por ello, se necesitan algunos criterios para seleccionarlos adecuadamente, dependiendo de los requerimientos de cada instalación eléctrica.
Los cables eléctricos tienen códigos impresos con dos números (12-3 o 14-2 por ejemplo). El primer número indica el cable según el sistema AWG (Sistema Americano de Calibre de Cables). El segundo número se refiere a la cantidad de alambres en el cable, sin incluir el cable a tierra. A menor número del calibre del conductor, más grosor y capacidad de conducción tendrá. La elección del calibre correcto es muy importante, porque si el cable es de menor capacidad para el flujo de corriente en la instalación, se sobrecalentará, lo que puede generar riesgo de incendios.
Para un eficiente aprovechamiento del fluido eléctrico, éste debe circular por los circuitos con el mínimo de pérdida, lo que nos lleva a seleccionar el mejor conductor para la función que necesitamos. Se deben tomar en cuenta factores como la humedad y temperatura a las que estarán expuestos, también es necesario escoger cuidadosamente los aislamientos y calibres correctos de un conductor.
Si bien cualquier cable o alambre puede conducir la electricidad, seleccionar inadecuadamente el conductor eléctrico puede producir un funcionamiento irregular en los equipos eléctricos.
Para usos generales lo más recomendable es utilizar el cobre, que hoy sigue siendo la opción más efectiva y eficiente entre los conductores eléctricos. Sin embargo, también es bueno conocer algunos de las diferencias que existen entre los llamados temples del cobre. Esto se refiere a la dureza del metal, y se reconocen tres tipos fundamentales: Blando, semiblando y duro. Cada uno tiene distintas propiedades mecánicas y eléctricas.
En general, el blando presenta la mayor conducción eléctrica, pero el duro tiene la mayor resistencia mecánica. Al realizar una instalación eléctrica se deben contemplar los factores de tensión mecánica y, por supuesto, el uso que se le dará al cable, así como su localización. Esas variables modifican las necesidades de un conductor eléctrico y, por tanto, se puede seleccionar el material con mayor eficiencia.
Otro de los metales que más se utiliza en la conductividad eléctrica es el aluminio. Aun cuando el cobre presenta mejor eficiencia en prácticamente todos los sentidos, el peso liviano y el bajo costo del aluminio lo mantienen como una opción viable en el mundo de la electricidad. De hecho, en propiedades como la temperatura de fusión y la resistencia a la ruptura presenta desempeños iguales o mejores que el cobre. De cualquier modo, este último metal es superior en cuanto a la conducción eléctrica, con lo cual se ha extendido como la mejor opción.
Además, un aspecto que influye en el desempeño del cable es la flexibilidad del conductor. El metal, en sí mismo, tiene poco margen de flexibilidad, así que se modifica para lograr el rango deseado. Para este propósito se suele recocer el material con el fin de suavizarlo; esto también incrementa el número de hebras que lo forman. De hecho, el número de hebras, el peso, la longitud y el tipo de cable influyen en el grado de flexibilidad. A la operación de reunir varios conductores se le denomina cableado, y da lugar a diferentes flexibilidades.