Protege Tu Casa De La Humedad
La humedad en muros y techos es un problema común que afecta la estructura y la salud. Conocer sus tipos permite aplicar soluciones efectivas y duraderas.
La humedad en edificaciones es uno de los problemas más comunes que afectan tanto a viviendas como a construcciones comerciales. Más allá de ser un tema estético, representa un riesgo para la estructura y la salud de quienes habitan el lugar.
Identificar el origen de la humedad permite aplicar soluciones duraderas que protejan muros, techos y cimentaciones.
Este tipo de humedad ocurre cuando el agua del subsuelo asciende a través de materiales porosos como ladrillo o concreto. Se reconoce por las manchas y desprendimiento de revestimientos en la parte baja de los muros. Para solucionarla, se recomiendan barreras impermeables y tratamientos químicos específicos que bloqueen la absorción.
Se genera por la entrada de agua desde el exterior a través de grietas, fisuras o materiales poco impermeables. Es frecuente en sótanos, cimentaciones y cubiertas, y puede debilitar la estructura con el tiempo. La impermeabilización de muros y techos, así como el sellado de juntas, son medidas clave para detenerla.
Este problema se origina cuando el vapor de agua presente en el aire se deposita en superficies frías por falta de ventilación. Sus signos más evidentes son la aparición de moho, hongos y malos olores. Mejorar la circulación de aire, instalar extractores y utilizar pinturas antihumedad ayudan a prevenirla.
La humedad en muros y techos no debe ignorarse.
Con un diagnóstico correcto y tratamientos específicos, es posible proteger la edificación, conservar su valor y garantizar un ambiente saludable para quienes la habitan.