Más desafíos para las empresas
En este momento, las empresas deben lidiar con la incertidumbre económica; los efectos retardados y aún duraderos de la pandemia del COVID-19; la guerra en Ucrania y su posible expansión a otras regiones, e involucrando a más naciones; así como con los pendientes continuos de la transformación digital.
Según el Fondo Monetario Internacional, el crecimiento global se desacelerará el próximo año, mucho más de lo esperado. Así, el pronóstico de recesión aumenta en la medida en que la Reserva Federal de EEUU sigue adelante con su campaña de ajustes monetarios, más agresiva en décadas, cuyo propósito esencial es detener la inflación de la economía estadounidense.
Lamentablemente, durante las recesiones económicas, los consumidores establecen prioridades más estrictas y reducen sus gastos.
A medida que las ventas comienzan a caer, las empresas suelen reducir costos, bajar precios y posponer nuevas inversiones.
De esta forma se genera una espiral negativa para la economía. Y es que las compras dependen de que los consumidores tengan ingresos disponibles, se sientan seguros de su futuro, confíen en los negocios y la economía, y adopten un estilo de vida que fomente el consumo.
La mejor manera de comprender cómo se verá afectada su empresa en el futuro, es estar más cerca que nunca de sus clientes para saber si planean reducir sus compras, o si tienen los medios y la confianza para seguir gastando. Esto le permitirá planificar una expansión o reducir su negocio en función de la demanda futura esperada. Aquí, la investigación del mercado juega un papel muy importante en la toma de decisiones. Los cambios serán vertiginosos y detectar a tiempo las tendencias será fundamental.