Mallas metálicas
Metales ferrosos o no ferrosos; acero inoxidable o al carbón; aluminio y polímeros. Todas esas opciones se utilizan para fabricar mallas metálicas, un elemento de mucha versatilidad y de indiscutible resistencia.
La gran diversidad de sectores que abarca genera muchos modelos, de todos los materiales que mencionamos, así como formas y especificaciones. El sector agropecuario, por ejemplo, puede usar estas mallas para distintos corrales o limitaciones. Hablando de límites, las mallas metálicas especiales suelen usarse para distinguir zonas de peligro o restringidas.
Son una opción sencilla y segura para reforzar puertas y ventanas, como medidas de seguridad. Por todo eso, los materiales y los tipos dificultan un poco la selección de una malla útil para cada propósito.
Una vez que se conocen los factores óptimos y se comparan precios con buenos fabricantes, la selección de una malla metálica se facilita en gran medida.
Para entender las diferencias entre los tipos de mallas, debemos iniciar por los calibres del alambre. Es tan importante el material como el calibre del alambre a elegir. Entre ambos podrán determinar la eficiencia de la malla en cada sector de aplicación. Con ese fin, se utiliza el estándar de la American Wire Gauge (AWG), el cual, con base en el diámetro y distintas medidas, establece calibres de alambre, y los correlaciona con distintas propiedades.
Así pues, los alambres de mayor diámetro presentan más resistencia ante la intensidad de corriente eléctrica y menor resistencia eléctrica en cobre. El grosor del alambre se utiliza en el proceso de fabricación, que no tiene un gran nivel de dificultad. A partir de ello, se selecciona el tipo de trenzado, cuya separación y forma depende del sector en que se aplicará.
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