Las escaleras de trabajo: para alcanzar metas altas

¿Quién dijo que subir a grandes alturas tenía que ser un deporte extremo? Gracias a las escaleras, la humanidad ha sido capaz de llegar a lugares elevados con seguridad y sin tener que arriesgar sus vidas en el proceso.

Desde la construcción de las grandes pirámides de Egipto hasta la instalación de lámparas de techo en la sala de estar, las escaleras han sido una herramienta indispensable en cualquier hogar o comercio. La historia de las escaleras se remonta a miles de años atrás. Los primeros registros de su uso se encuentran en la antigua Mesopotamia, donde se construyeron escaleras de piedra para subir a templos y fortalezas.

 Con el paso de los siglos, las escaleras evolucionaron y se convirtieron en herramientas portátiles y más seguras.

Hoy en día, las escaleras de trabajo son una herramienta imprescindible en cualquier hogar o negocio. Desde cambiar un foco hasta pintar una pared, una escalera de trabajo es una herramienta indispensable. Pero donde realmente brillan las escaleras de trabajo es en la industria y el trabajo profesional en alturas. Electricistas, albañiles, pintores y muchos otros trabajadores utilizan escaleras de trabajo para realizar sus tareas diarias. Estas escaleras están diseñadas específicamente para soportar cargas pesadas y para proporcionar un agarre seguro en superficies diversas. Por ello, en esta ocasión recordaremos las tipologías y especificaciones más importantes de las escaleras de trabajo y servicio. Nuestra misión es que cada uno de nosotros reconozca el valor de una buena escalera de trabajo; ya que puede ser la herramienta que necesitamos para alcanzar nuestras metas más altas, literalmente.

Ya sea que se trate de trabajos de construcción, tareas de reparación en el hogar o proyectos de bricolaje, una buena escalera es esencial para alcanzar lugares elevados de manera segura y efectiva.

Una buena forma de conocer los distintos tipos de escaleras es empezar por clasificarlas por su sistema de soporte. Las escaleras auto-soportadas, es decir, con soporte propio, tienen tres o cuatro largueros. Una vez levantadas estas escaleras se sostienen por si solas sin asistencia externa. Por otro lado, las escaleras no auto-soportadas (sin soporte propio), una vez levantadas, los dos largueros deben fijarse a una estructura estable y segura para permanecer levantadas. La estructura o muro brindará a todas las escaleras sin soporte propio, un “apoyo superior” o “soporte al tope”.