Extensiones Eléctricas: Más que un Simple Cable

Las extensiones eléctricas no son todas iguales; entender sus diferencias permite al ferretero guiar al cliente y evitar accidentes por mal uso.

En el mostrador de la ferretería, la venta de extensiones eléctricas es más que una simple transacción: es una oportunidad para brindar asesoría y seguridad. Muchos clientes llegan buscando “una extensión” sin conocer las diferencias que existen entre los distintos modelos y especificaciones. Ahí es donde entra el conocimiento del ferretero, que puede orientar y garantizar que el cliente se lleve el producto adecuado a sus necesidades.

Lo primero que hay que explicar es que no todas las extensiones eléctricas son iguales. Un aspecto clave es el calibre del cable, ya que de eso depende la cantidad de corriente que puede soportar. Una extensión delgada, por ejemplo, puede ser suficiente para cargar un celular, pero peligrosa si se usa para conectar herramientas de alto consumo, como un taladro o una pulidora.

Otro punto importante es el número de salidas. Hay extensiones sencillas de una sola toma y otras con varias salidas, ideales para conectar varios dispositivos al mismo tiempo. Sin embargo, más salidas no siempre significa mejor; es fundamental verificar que la extensión cuente con protección contra sobrecargas o interruptor térmico, que corta la corriente si detecta un exceso de consumo, evitando daños o incendios.

Si el cliente busca una extensión para uso exterior, hay que recomendar modelos con recubrimiento resistente al agua y a la intemperie, diseñados específicamente para soportar sol, lluvia y condiciones difíciles. Además, es recomendable que las tomas sean polarizadas o con conexión a tierra, lo que mejora la seguridad en el uso diario.

Lo más importante es preguntar: ¿Qué va a conectar? ¿Dónde la va a utilizar? ¿Qué tan seguido? Con esas respuestas, el ferretero no solo vende un producto, sino que asesora y garantiza tranquilidad al cliente.

Vender una extensión eléctrica no es solo cuestión de precio o apariencia.

Es un acto de responsabilidad, donde el conocimiento del ferretero marca la diferencia. Al explicar los detalles técnicos y preguntar sobre el uso, se asegura no solo una venta, sino la confianza y seguridad del cliente, que sabrá que en la ferretería encuentra no solo productos, sino soluciones confiables.

¡Te invitamos a disfrutar los artículos en la revista Todo Ferretería!