El regulador de gas
Un componente esencial en la red de abasto de gas es el regulador, brinda control y seguridad en el manejo y uso de este importante combustible.
Como su nombre lo indica, el regulador de gas, sirve para controlar la presión del flujo de gas y mantenerla a un valor adecuado y uniforme. Aun cuando lo controles de los equipos que consumen gas regulan la salida del mismo, la presión original es muy alta, por lo que es necesario moderarla. Los reguladores de gas ayudan a reducirla alta presión que viene de los cilindros, los tanque estacionarios o del mismo suministro de gas natural, reduciéndolo a un nivel utilizable a medida que pasa hacia otros equipos tales como calentadores, secadoras o estufas.
Hay dos tipos de reguladores, dependiendo el tipo de gas: para gas natural y gas LP. En el caso de gas natural, se debe usar un regulador de gas de 22 mbar (milibares), y para gas LP uno de 38 mbar. Si el regulador de gas se utilizará en cilindros, se recomienda instalar uno de baja presión (gasto de 8 metros cúbicos por hora). Pero si el regulador de gas se utilizará en tanques estacionarios, se recomienda instalar uno de alta presión (gasto cúbico de 21 metros cúbicos por hora). Existen reguladores para un cilindro de gas o para 2 cilindros alternados.
Un regulador de gas puede controlar el flujo de gas natural o propano que circula a través de una tubería.
En conclusión, el objetivo es conseguir que los flujos puedan ser transportados de manera eficiente por todo el sistema de instalación. En una pequeña entrevista con los comerciantes de algunas ferreterías nos mencionaron que una de las principales diferencias es que la válvula de gas está hecha para soportar más presión de aire. Por lo que el estándar de medidas que podemos encontrar en válvulas de gas es de 3/8 de pulgada. Y desde su punto de vista mencionan que el grosor y peso del metal con el que estén fabricadas, es un factor que puede determinar la resistencia de la válvula. in embargo, comentan que desde su experiencia, las fugas son producidas, en su mayoría, a causa de una mala instalación, más que por un defecto en la válvula.