Diferentes tipos de aplicadores de pintura plástica
Las pinturas plásticas también suelen ser una buena opción cuando se cambia de color constantemente, pues permite repintarse con gran facilidad y también con buena adherencia.
Las aplicaciones de las pinturas plásticas van más allá del diseño, pues representan una opción confiable para la durabilidad y la protección de un recubrimiento, lo cual no sólo tiene fines estéticos, sino también para la integridad de una construcción. En este sentido, existen diversos aplicadores en el mercado para lograr acabados adecuados para cada material.
Cepillos. Se trata de cepillos con un asa ergonómica y cerdas de diferentes materiales que se sumergen en la pintura y se pueden utilizar para producir relieves o efectos de picado. También existen modelos especiales que se usan en automóviles, los cuales regularmente se fabrican con cerdas 100 % de fibra natural. Por otra parte, los cepillos más comunes se recomiendan tanto para vinílicas como esmaltes en superficies ásperas y rústicas. Las cerdas naturales consiguen un acabado suave y libre de rayaduras, mientras que los de fibra sintética se emplean en usos más pesados.
Las aplicaciones de las pinturas plásticas van más allá del diseño, pues representan una opción confiable para la durabilidad y la protección de un recubrimiento.
Esponjas. Aunque es una herramienta más propia del ámbito artístico, la esponja también puede tener grandes beneficios en los trabajos domésticos. Para estarcidos o drapeados, las esponjas suelen ser una opción práctica y efectiva. Tienen la gran ventaja de que se utilizan con distintos tipos de pintura, ya sea acrílica, en spray o incluso tiza. En aras de que la esponja tenga el mejor desempeño, debe considerarse la capacidad de absorción que indica el fabricante. Asimismo, antes de descargar la pintura en la superficie a pintar, se debe eliminar el sobrante de pintura con una primera impresión en un papel. Sólo entonces se puede aplicar la esponja en los muros o en la superficie deseada.
Mini-rodillos. Existen modelos mucho más pequeños que conservan el principio práctico del rodillo, pero que sirven en tareas detalladas. Existen diferentes manerales que permiten aplicaciones tanto en trabajos pequeños como en puntos elevados, gracias a extensiones más largas. Asimismo, hay rodillos de pequeño tamaño pero con formas específicas, como los que se utilizan en los rincones de difícil acceso y parecen discos, o bien, los que sirven para pintar los detalles en las fronteras de los muros.
Pistolas. Si están en buenas condiciones, tal vez sean la solución más práctica y eficaz para aplicar pintura, pero requieren ciertos conocimientos técnicos para su uso. Este tipo de pistolas utiliza el aire comprimido a presión para atomizar y lanzar la pintura en la dirección elegida. La gran ventaja es que la aplicación ocurre de manera constante y uniforme. Requieren dos conductos: uno que permite la entrada del aire, y otro para la salida de la pintura. Al momento de apretar el gatillo, la pintura se convierte en gotas muy pequeñas, por lo que se requiere mucha destreza para conseguir el acabado deseado. Hoy los mejores modelos se adaptan a las necesidades de trabajo, permitiendo movimientos más naturales y flexibles.