Compacto con “La Bailarina”
Para un proyecto de construcción se necesita que los sustratos estén compactados y de esta manera garantizar un soporte de carga óptimo, es por esto que actualmente los apisonadores cuentan con tecnología avanzada que permiten un impacto mayor
La técnica de la compactación es uno de los pasos más importantes para muchos proyectos de construcción. Un sustrato compactado de manera adecuada garantizará la estabilidad necesaria para soportar las estructuras que se construyan encima como asfaltos, concretos, aceras, adoquines, etcétera. Como se sabe, la capacidad de carga de un suelo es la capacidad de sostener una carga, o permanecer rígido, antes de que las partículas del suelo comiencen a deslizarse unas alrededor de otras para adaptarse al aumento de peso. Esto es especialmente importante para piezas estructurales como cimientos, zapatas y losas, como las entradas de vehículos y aceras.
Antes de realizar cualquier trabajo, es importante comprender que existe una variedad entre los tipos de suelo.
Por lo anterior, es importante mencionar que los apisonadores han recorrido un largo camino desde su diseño original, ya que consistían en un simple poste pesado que se golpeaba de manera manual en el suelo para consolidar suelos cohesivos. Actualmente los apisonadores actuales utilizan tecnología avanzada para lograr la máxima fuerza de impacto, junto con la facilidad de uso y la comodidad del operador. Por ejemplo, los apisonadores vibratorios, conocidos popularmente en el medio de la construcción como “la bailarina” –seguramente por sus notables contoneos al rebotar constantemente con el suelo–, son equipos bien reconocidos por los profesionales de la construcción. Su tarea es compactar el suelo mecánicamente. El motor de estas herramientas transmite su potencia a través del sistema de azote y el pie de azote, que genera fuerza de choque. De esta forma se compacta el sustrato.