Cobre, eficiencia eléctrica
La principal razón para utilizar el cobre como conductor eléctrico es su baja resistencia eléctrica.
Esta propiedad consiste en impedir el paso de la electricidad, por lo que su factor bajo lo hace un material apto para los trabajos eléctricos. De hecho, el cobre es el metal con menor resistencia eléctrica, sin contar los metales preciosos. Tanto el oro como la plata tienen mejor conductividad eléctrica que el cobre, pero, como decíamos, sus costos no los hacen viables para estos trabajos tan recurrentes.
En ese sentido, son más frecuentes el aluminio y el cobre, puesto que permiten mejor aplicación a precios menores. Sin embargo, la resistencia del aluminio es 65% más alta que la de cobre, por lo tanto, el cobre funciona mejor como conductor de la electricidad. No obstante, el aluminio tiene ciertos ámbitos de aplicación, en los que se desempeña mejor que el cobre. Como el aluminio pesa menos, se utiliza más a menudo en cables aéreos, sin importar que sean más voluminosos que los del cobre.
De cualquier modo, el cobre domina en el mercado por su diversidad de aplicaciones.
De hecho, tiene mayor capacidad térmica que el aluminio; esto significa que puede disipar el calor de manera más frecuente, o también, que no corren tanto riesgo de sobrecalentarse como los conductores de aluminio. Para los cables de construcción bajo tierra, el cobre es el conductor más pertinente, por su bajo volumen y su capacidad más flexible que el aluminio.
Implica costos más bajos que los cables de aluminio. Asimismo, el cobre ofrece la ventaja de contar con mayor resistencia contra la corrosión. Por ello, en las líneas aéreas que están cerca de la costa se emplean conexiones de cobre, en vez de aluminio, aun cuando tengan mayor peso. Del mismo modo, los cables bajo tierra deben estar en contacto frecuente con factores corrosivos, de ahí que se recurra más al cobre que al aluminio.
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