Ventanas con la última tecnología
Las ventanas son un elemento indispensable en cualquier edificación, a tráves de ellas se puede tener una ventilación o iluminación ideal creando asimismo un ambiente amable y seguro. Entérate de la nueva inteligencia creada para este objeto
Cuando se desea tener el desarrollo de un proyecto para ventanas, es necesario considerar variables como: la inercia térmica, coeficiente U, viento y puentes térmicos, factor solar, luz; además de evaluar el tipo de marco a utilizar (aluminio, aluminio aislado, madera, madera enchapada, PVC, PVC aislado, compuestos híbridos, fibra de vidrio) y su comportamiento térmico; la clase de cristal, la quincallería y herrajes a incorporar, entre otras cosas.
En México, la norma NMX-R-060-SCFI-2013 de ventanas y productos para el cerramiento exterior, establece límites mínimos para cada objeto, con el fin de garantizar su seguridad y calidad
En los últimos años es muy cierto que con el desarrollo tecnológico y la industrialización se ha dado un uso intenso a las nuevas tecnologías de control de acceso, climatización e iluminación artificial en los inmuebles; dejando atrás las edificaciones que favorecían el acceso de luz natural y aire. Por lo cual, es necesario entonces comprender la tecnología en cada elemento y las necesidades por satisfacer en términos de: cuánto iluminar y cuánta energía se puede lograr a través del vano, y en función de ello, hacer en el muro una abertura de determinadas dimensiones y orientación, para que la ventana o puerta tengan una verdadera eficiencia en sus funciones.
La tecnología avanza en todo tipo de artículos para poder desarrollar un potencial extra en cada uno
Se ha desarrollado una tecnología para las ventanas inteligentes que, en lugar de utilizar cristal líquido (que resultaba muy costoso), ahora emplea la activación controlada de una combinación de reacciones químicas y físicas que permiten oscurecer o volver transparentes los cristales. Su funcionamiento consiste en películas delgadas de material poroso que al ser expuesto a la humedad o la sequedad del ambiente cambian su transmisión óptica consiguiendo que las ventanas se vuelvan opacas o transparentes. De esta manera, se regula la cantidad de luz que entra a través del cristal.