Revisión de instalaciones de gas
El planificar una revisión periódica con un profesional, es un hábito muy recomendable para mantener en buen estado todas las instalaciones
Para ello, se deben tener en cuenta las necesidades de cada uno de los componentes:
Tuberías: Es recomendable que se revise al menos cada año el estado de su cubierta, así como de la pintura que se haya usado como protección. El técnico debe realizar cada 5 años una prueba de hermeticidad, que por cierto va más allá del sentido del olfato. Cuando se trata de instalaciones comerciales, se acumula grasa, elemento que estimular el fuego. Por esta razón, es necesaria una limpieza cada 6 meses.
Para detectar alguna fuga se puede usar agua jabonosa y observar si se forman burbujas, que indicarían la fuga de combustible
Mangueras: Las mangueras son elementos plásticos. Por ello, al estar a la intemperie pueden verse afectados por la radiación solar, lo cual afecta su vida útil. Hay que verificar que las conexiones estén herméticas. Una buena manera de detectar fugas en el cuerpo de la manguera es usar agua jabonosa y observar si se forman burbujas, que indicarían la fuga de combustible.
Reguladores de presión: Son elementos que están sometidos a desgaste continuo de acople y desacople. Nuevamente, la grasa puede afectar la vida útil de estos aparatos, así que será necesaria una limpieza periódica que evite la acumulación de suciedad.
La carátula de los manómetros es el componente más delicado
Manómetros: En caso de fisuras hay que juzgar de inmediato su funcionamiento, ya que una medición incorrecta es muy riesgosa en las instalaciones de gas. Como son elementos de precisión, deben someterse a pruebas constantes, de tal modo que siempre estén en óptimas condiciones.
Con estas medidas generales en cada uno de los componentes, se pueden evitar muchas lamentaciones. La prevención ayuda al mejor rendimiento.