Recomendaciones y precauciones en el uso de la esmeriladora
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Notas |
19 enero, 2022
La esmeriladora es una herramienta indispensable en todo taller mecánico, de carpintería, herrería, e incluso en el garaje de un hogar; destaca no sólo por su versatilidad, sino también por la sencillez de su mecanismo y su funcionamiento.
Aunque la mayoría de modelos de esmeriladora están provistos con guardas de seguridad y otros elementos de protección. Éstas son herramientas peligrosas, por lo que deben usarse con extrema precaución. Se recomienda leer cuidadosamente el manual de instrucciones y tomar en cuenta medidas como las siguientes:
- Siempre que use la esmeriladora, emplee guantes y gafas de protección.
- Controle lo más posible la dirección de las chispas provenientes del disco ya que perjudican los materiales que tocan y pueden provocar incendios.
- Es necesario conocer bien el material sobre el cual se trabajará. El plástico, por ejemplo, exige un número de RPM muy bajo, para evitar que se funda con el calor producido por el disco y se pegue a éste.
La mayoría de los modelos de esmeriladoras angulares cuentan con un protector ajustable que permite operarlas con cualquiera de las dos manos.
- Limpie y elimine el polvo con aire comprimido, ya que las partículas pequeñas suelen acumularse dentro del motor y pueden causar descargas eléctricas.
- Nunca use disolventes ni abrasivos. Limpie la herramienta con un paño húmedo y no permita que ningún líquido entre al motor. No sumerja ninguna parte de la herramienta en el líquido y mantenga libres las aberturas de ventilación.
- Mantenga alejados a los espectadores. Toda persona cercana a una esmeriladora en operación, debe utilizar lentes de protección.
- Asegúrese de que la pieza sobre la que se trabaja, esté firmemente asegurada y fija.
- Proteja los discos contra cualquier golpe.
- Al poner en marcha la esmeriladora, procure llegar de forma paulatina y pausada a las RPM necesarias para su trabajo.
- Revise de forma regular los cepillo de carbono y discos, remplácelos cuando se haya desgastado un tercio de su superficie.
- Los discos se calientan al afilar. Este calentamiento no debe producirse demasiado rápido. Si un disco frío se somete a demasiado esfuerzo de forma repentina, puede desprenderse, especialmente en condiciones y temperaturas invernales.