Normatividad en guantes de protección
Los guantes son un aditamento que blinda y asegura la integridad de los profesionales durante arduas tareas de trabajo.
Se utilizan diversos materiales en el interior del guante, tales como fibras naturales, cuero, neopreno y algunos otros materiales sintéticos para la máxima comodidad, mientras que se recubren con poliuretano, nitrilo o látex para proteger las zonas vulnerables de la mano.
Para la fabricación de los guantes antimpacto se utilizan diversos materiales. Los más comunes son el nitrilo, la piel, la tela o el kevlar. También se usa el TPR en la elaboración de almohadillas protectoras que se colocan en distintos puntos del guante. Este compuesto es el caucho termoplástico. En la composición de este material (que varía su estructura según los procedimientos de cada marca) y en la colocación estratégica de las almohadillas protectoras, está la efectividad de los guantes antimpacto.
Los TPR o termoplásticos de poliuretano son una de las opciones más eficientes para el recubrimiento de guantes de protección. Presentan ventajas tanto en su fabricación como al momento de uso.
Para medir la protección que ofrecen los guantes, existen dos principales parámetros. El primero de ellos determina el grado de corte. De acuerdo con el Instituto Nacional Estadounidense de Normas (ANSI), la resistencia al corte se mide del 1 al 9, siendo el 9 el nivel máximo de protección. Es importante conocer estos rangos, que van desde manipular superficies puntiagudas, hasta la construcción con piezas metálicas filosas. Cada rango se especializa en distintas tareas, y los diseños también dependen de las marcas.
Sin embargo, con esta referencia se pueden conocer los alcances de cada par de guantes. Por otra parte, una clasificación reciente ayuda a determinar la protección contra impactos. Este rango lo determina también el ANSI, en conjunto con la ISEA (Asociación para Equipos de Seguridad Industrial). Se denomina ANSI/ ISEA 138, y su categoría divide la protección contra impactos en tres niveles. Para determinarlos, se aplica una prueba en la que se deja caer un objeto en puntos específicos del guante (nudillos y dedos).
La fuerza que se transfiere se registra en kilonewtons (kN). Mientras menor sea esta cifra, mayor será el nivel de protección de los guantes. Todos estos criterios como puntos de partida ayudan a entender el impacto de los guantes en diversos sectores de trabajo.