Mejores prácticas en el uso de PVC y CPVC
El uso de PVC y CPVC sigue experimentado un crecimiento significativo en la construcción residencial y comercial.
La facilidad de instalación y la versatilidad de estos materiales los hacen atractivos para proyectos de diferentes tamaños.
La historia de la conducción de agua en edificaciones ha sido testigo de una notable evolución en los materiales utilizados. Desde los días del fierro fundido hasta las tuberías plásticas modernas como PVC, CPVC, PP-R y otros, cada período ha traído consigo avances significativos en términos de durabilidad, eficiencia y facilidad de instalación.
En el pasado, el fierro fundido fue uno de los materiales más utilizados para tuberías de agua. Aunque era resistente y duradero, su peso y fragilidad hicieron que la instalación fuera complicada. Además, la corrosión a lo largo del tiempo fue un problema persistente. El acero galvanizado fue la siguiente innovación, revistiendo las tuberías de acero con una capa de zinc para protegerlas contra la corrosión. Sin embargo, con el tiempo, el zinc se desgastaba y la corrosión aún era un problema. Además, las tuberías de acero galvanizado eran propensas a la acumulación de sedimentos internos que afectaban el flujo del agua.
La evolución de los materiales en la conducción de agua en edificaciones refleja la búsqueda constante de soluciones más eficientes y duraderas.
Cambios significativos
La llegada de las tuberías de cobre marcó un cambio significativo. El cobre es resistente a la corrosión, duradero y fácil de trabajar. Además, es un excelente conductor térmico, lo que lo convierte en una opción popular para sistemas de agua caliente. Sin embargo, su alto costo y la posibilidad de robo en instalaciones expuestas ha restringido su uso.
El surgimiento de las tuberías de PVC y CPVC marcó un hito en la conducción de agua. El PVC, un polímero rígido, encontró su lugar en sistemas de agua fría. Su ligereza y resistencia a la corrosión lo hicieron preferido para instalaciones sencillas. Por otro lado, el CPVC, una variante clorada del PVC, permitió la conducción de agua caliente a temperaturas más altas. Su resistencia al calor y su durabilidad lo convirtieron en una opción valiosa en sistemas de agua potable y calefacción.
Más recientemente, el PP-R (polipropileno reticulado) ha ganado popularidad. Ofrece una alternativa duradera y resistente a la corrosión para sistemas de agua potable y calefacción.
También está disponible el PEX, un polímero flexible y reticulado fácil de instalar que se adapta a curvas y espacios reducidos. Además, su capacidad para expandirse y contraerse reduce el riesgo de daños por congelación.
Así, la evolución de los materiales en la conducción de agua en edificaciones refleja la búsqueda constante de soluciones más eficientes y duraderas. La elección del material dependerá de las necesidades específicas de cada proyecto, pero, sin lugar a duda, la tendencia general es hacia soluciones más eficientes y sostenibles.