La Guía para Vender Escaleras

Publicado en: Notas | 1 julio, 2025

En el canal ferretero hay productos que, por su demanda constante y su utilidad tan amplia, deberían ocupar un lugar privilegiado en cada mostrador. Las escaleras son uno de ellos.

Y a sea para un electricista que necesita trabajar con seguridad en alturas, un pintor que busca estabilidad o una familia que solo quiere alcanzar los estantes más altos, la escalera es una herramienta esencial que se vende todo el año, en todo tipo de comercios. Lo interesante es que su uso no se limita a un solo perfil: es transversal. Sirve lo mismo en el hogar que en la industria, en la obra como en el taller, lo que la convierte en un producto de alta rotación y excelente potencial comercial.

Pero más allá de su demanda natural, las escaleras ofrecen una oportunidad que pocos aprovechan del todo: permiten ventas cruzadas inteligentes con herramientas, guantes, equipos de seguridad o productos de mantenimiento. Además, su margen de ganancia suele ser competitivo, sobre todo si el ferretero sabe asesorar bien y explicar las diferencias técnicas entre materiales, resistencias y usos. En otras palabras, vender escaleras es abrir la puerta a una conversación útil con el cliente y a una venta más completa y rentable.

TIPOS DE ESCALERA

En el mercado ferretero existe una gran variedad de escaleras que responden a distintos diseños, materiales y usos.

Entre las más comunes están las de tijera, de extensión, telescópicas, tipo plataforma y multifunción, cada una con ventajas específicas según la tarea. También se clasifican por el material de fabricación —aluminio, fibra de vidrio o acero— y por su uso: doméstico, profesional, industrial o dieléctrico.

Finalmente, es clave considerar su altura útil y capacidad de carga, factores esenciales para garantizar la seguridad del usuario.

Conocer estas diferencias permite al ferretero recomendar con precisión y aumentar la probabilidad de cerrar una venta completa y satisfactoria.

Por diseño: funcionalidad según la tarea. Las escaleras se clasifican por su forma de uso: las de tijera son ideales para interiores por su estabilidad; las de extensión alcanzan mayores alturas apoyadas en superficies; las telescópicas son compactas y ajustables, perfectas para transporte frecuente; las tipo plataforma ofrecen mayor comodidad al estar de pie; y las multifunción se adaptan a distintos trabajos al combinar varios formatos en una sola estructura

Por material: cada entorno tiene su aliado.

El aluminio ofrece ligereza y resistencia a la corrosión, perfecto para tareas domésticas y labores profesionales ligeras.

La fibra de vidrio es la opción segura para electricistas: no conduce electricidad y soporta químicos y climas adversos. El acero brinda la máxima robustez y durabilidad, ideal para entornos industriales de uso intensivo. Elegir el material adecuado genera confianza y reduce riesgos.

Por uso: del hogar a la obra pesada. Las escaleras domésticas son compactas y ligeras para tareas esporádicas; las profesionales añaden más capacidad de carga y sistemas antideslizantes para trabajos frecuentes; las industriales resisten uso intensivo y cargas elevadas; y las dieléctricas resultan imprescindibles en trabajos eléctricos al impedir el paso de corriente. Clasificar por uso permite recomendar con precisión y seguridad.

Por altura y carga máxima: vender con responsabilidad. La altura útil depende de la posición de trabajo, no solo del largo de la escalera, y la capacidad de carga —generalmente de 90 a 150 kg— incluye al usuario y sus herramientas. Verificar ambos valores asegura que el cliente trabaje sin riesgos y refuerza la imagen profesional del ferretero.

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