Impermeabilización Inteligente para Cada Superficie
Una impermeabilización bien aplicada permite que los materiales respiren, evita filtraciones y alarga la vida útil de muros y techos.
Impermeabilizar no es simplemente cubrir para que no entre agua. Es entender cómo respiran los materiales, cómo reacciona cada superficie y cómo influyen las condiciones climáticas. Elegir el producto adecuado y aplicarlo correctamente puede marcar la diferencia entre una protección duradera y un daño estructural invisible.
Permeabilidad bien aplicada
En muros de cantera, piedra o tabique, la clave está en permitir la transpiración del vapor, pero sin dejar pasar el agua líquida. Esto se logra usando impermeabilizantes microporosos, que evitan que el material se “asfixie”. Si se usa un producto incorrecto, la humedad puede quedar atrapada y generar condensación interna, deteriorando el sustrato desde adentro. Es un equilibrio: dejar respirar, pero sin goteras.
Impermeabiliza con criterio según el clima
No todos los impermeabilizantes funcionan igual en cada zona.
En regiones con temperaturas extremas, se recomiendan productos elastoméricos o de poliuretano, ya que soportan dilatación por calor o contracción por frío sin agrietarse.
-
En climas calurosos, busca productos con alta reflectividad solar.
-
En zonas frías, prioriza la elasticidad para resistir heladas.
Además, asegúrate de que el producto tenga resistencia UV y sea compatible con el tipo de superficie (concreto, metal, teja, etc.). Una mala elección puede derivar en filtraciones, fisuras y reparaciones prematuras.
Impermeabilizar es una inversión en protección, no solo una capa extra. Entender la permeabilidad del material y las condiciones del entorno asegura una aplicación duradera y efectiva. Elegir bien no solo evita problemas: previene daños invisibles y costosos a largo plazo.