Herramientas para aplicar pintura
Las herramientas para poder aplicar pintura en los muros son variadas, a continuación tratamos las más comunes y vitales para cualquier maestro pintor.
La espátula
Una espátula es una herramienta que consiste en una lámina plana de metal con agarradera o mango, similar a un cuchillo con punta redondeada. La espátula es la herramienta ideal para rellenar agujeros y grietas en la pared antes de aplicar pintura. Existen espátulas de distintas anchuras que permiten realizar tareas diferentes, desde tapar pequeños agujeros hasta alisar paredes. La calidad de la espátula dependerá de la flexibilidad y resistencia de la hoja, lo que determina también el uso para el cual está destinada dicha espátula.
Las espátulas de hoja angosta y flexible son ideales para superficies pequeñas, y las de hoja más ancha, para superficies más amplias. Siempre se recomienda que las hojas sean de acero inoxidable, de esa manera se asegura una mayor duración, y además se facilita el trabajo y la limpieza de esta herramienta. El mango también es índice de calidad. Sólo en el caso de realizar trabajos pequeños se recomiendan los de plásticos, caso contrario, la mejor inversión será un mango de madera.
Brochas
Esta herramienta tiene la particularidad de adaptarse a áreas pequeñas y que exijan mayor precisión. Se caracterizan por su clásico mango de madera o plástico, y por un grupo de cerdas de diferentes anchos. Éstos pueden ir de los 20 hasta los 150 mm, según sea el grado de precisión requerido en los trabajos de pintura. Como trabajo manual, el uso de brocha requiere una técnica correcta para obtener óptimos resultados. En ese sentido, es recomendable que no se cargue con demasiada pintura antes de cada trazo.
La manera de obtener la cantidad justa es sacudir un par de veces la brocha, para que el exceso de pintura se quede en una bandeja o cubeta. Además, se debe evitar que la pintura se derrame o chorree en la superficie, por lo que es preferible una capa delgada y un área manejable para la destreza. Asimismo, se utilizan distintos materiales tanto en las cerdas como en los mangos, para adecuarse a diversos tipos de pintura y adaptarse a circunstancias como el calor o la humedad.
Rodillos
El rodillo es un instrumento que ofrece mayor comodidad, pero menor precisión. Se reconoce por su tradicional forma cilíndrica que gira sobre sí misma. Gracias a este mecanismo, puede abarcar más superficie con menor esfuerzo. Esta propiedad de “auto deslizamiento” convierte a los rodillos en una herramienta con gran eficacia y productividad. Ahora bien, para solventar el problema de la precisión, hoy existe una gran variedad de tamaños y modelos de rodillos, con los cuales se pueden pintar áreas más pequeñas o de más difícil alcance.
Un ejemplo es el rodillo con dos cilindros para pintar los barrotes de las rejas. No obstante, el uso general del rodillo sigue siendo para primeras manos de pintura o cuando hay que recubrir amplias superficies. La mejor manera de aplicar pintura con un rodillo es esparcir la pintura de abajo hacia arriba. Así, se evitan las salpicaduras y el movimiento se vuelve más sencillo. Pero cuidado: tal como las brochas, los rodillos también requieren sacudir el exceso de pintura; para ello, se puede sacudir el rodillo en una bandeja, o bien, hacer un par de trazos en la misma.
Medidas: Las medidas del rodillo se adaptan a las texturas de la pared. Un rodillo de felpa de 3/8 de pulgada es óptimo para un acabado liso. En cambio, si la pared muestra una textura mediana o pesada, tendrá que recurrirse a felpas de 1/2 o incluso de 3/4 de pulgada.
Tipos: La clase de pintura determina el tipo de rodillo. En el caso de los rodillos de pelo largo, son excelentes para pinturas acrílicas y superficies irregulares. Los de lana se usan en paredes lisas. Los rodillos de goma espuma se utilizan con pinturas sintéticas, mientras que los rodillos texturizados tienen fines decorativos.
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