Granulometría: el factor clave
La granulometría es el corazón técnico de cualquier proceso de lijado: define la agresividad del corte, el tipo de acabado y la eficiencia del trabajo. Existen dos escalas principales para medirla: la FEPA (Federación Europea de Fabricantes de Abrasivos), identificada con una “P” antes del número (por ejemplo, P80), y la CAMI (Coated Abrasives Manufacturers Institute), utilizada en Estados Unidos, que omite la letra.
Aunque los valores pueden parecer similares, la FEPA es más precisa en su clasificación, especialmente en granos finos. Entender esta diferencia es fundamental al comparar productos internacionales o especificar materiales para procesos industriales.
El número de grano indica el tamaño de las partículas abrasivas: a menor número, más grandes y agresivas; a mayor número, más pequeñas y finas. Por ejemplo, granos P24 a P60 son ideales para desbaste o remoción rápida de material en metal o madera; P80 a P150 para nivelar superficies o preparar para sellador; y P180 a P600 o más para acabados finos o entre capas de pintura.
Una regla técnica esencial es avanzar en pasos progresivos, sin saltar bruscamente de un grano a otro (por ejemplo, de P60 a P220), ya que esto deja marcas residuales difíciles de eliminar. El dominio de la granulometría no solo eleva la calidad del acabado, sino que optimiza tiempos y evita retrabajos costosos.
APLICACIONES POR TIPO DE MATERIAL A TRABAJAR
Cada material exige un enfoque específico de lijado para lograr resultados óptimos.
En madera, se recomienda usar granos gruesos (P60–P80) para trabajar en crudo, medios (P100–P150) entre capas de sellador, y finos (P180 en adelante) para acabados delicados, considerando que las maderas blandas requieren menor presión y granos más finos para evitar rayas, mientras que las duras toleran abrasivos más agresivos.
En metal, el lijado abarca desde desbaste (con granos P36–P80) hasta preparación para pintura (P120–P180), usando lijas resistentes al calor y adecuadas para trabajo en seco o húmedo. Para yeso y muros, se emplean granos medios a finos (P100–P220) para alisar pasta y preparar la superficie antes de pintar.
En plásticos y compuestos, donde hay riesgo de derretimiento, se debe usar lijado controlado, granos finos (P240–P400) y evitar el sobrecalentamiento.
En el sector automotriz, el trabajo requiere lijas especializadas para seco/húmedo, que permitan lijar entre capas de pintura.
FERRETERO EXPERTO: CLIENTE FIEL
Para los ferreteros que buscan destacar, asesorar bien al cliente empieza por una pregunta clave: ¿qué vas a lijar y con qué objetivo? A partir de ahí, se puede recomendar con precisión el tipo, soporte y grano adecuado. Tener una buena variedad en anaquel no solo amplía las opciones del usuario, también permite explicar diferencias técnicas que justifican precios más altos—como mayor durabilidad, flexibilidad en superficies curvas o resistencia al calor en usos industriales.
Marcas reconocidas como FANDELI y certificaciones como FEPA son respaldos de calidad que elevan la confianza del cliente. Profesionalizar el canal ferretero pasa por dejar de vender “una lija cualquiera” y empezar a vender soluciones abrasivas bien argumentadas.