Funcionamiento de los rodillos
A diferencia de las demás herramientas que se utiliza en la industria, los rodillos abarcan una mayor superficie, sin embargo, si lo que se desea es una mayor precisión en el trazo de la pintura se recomiendan otro tipo de instrumentos
El rodillo es un instrumento que ofrece mayor comodidad, pero menor precisión. Se reconoce por su tradicional forma cilíndrica que gira sobre sí misma. Gracias a este mecanismo, puede abarcar más superficie con menor esfuerzo. Esta propiedad de “autodeslizamiento” convierte a los rodillos en una herramienta con gran eficacia y productividad. Ahora bien, para solventar el problema de la precisión, hoy existe una gran variedad de tamaños y modelos de rodillos, con los cuales se pueden pintar áreas más pequeñas o de más difícil alcance. Un ejemplo es el rodillo con dos cilindros para pintar los barrotes de las rejas.
El uso general del rodillo sigue siendo para primeras manos de pintura o cuando hay que recubrir amplias superficies.
Es importante considerar que la mejor manera de aplicar pintura con un rodillo es esparcir la pintura de abajo hacia arriba. Así, se evitan las salpicaduras y el movimiento se vuelve más sencillo. Pero cuidado: tal como las brochas, los rodillos también requieren sacudir el exceso de pintura; para ello, se puede sacudir el rodillo en una bandeja, o bien, hacer un par de trazos en la misma.