El manejo del agua en la cultura mexica
La plomería y el manejo del agua son aspectos fundamentales en la evolución de las sociedades humanas, y los aztecas en la época prehispánica en México no fueron una excepción.
Los aztecas, también conocidos como mexicas, tenían un origen nómada y se cree que migraron desde el norte de México antes de establecerse en la cuenca del lago Texcoco.
El manejo del agua no se limitó al abastecimiento urbano, sino que también desempeñó un papel crucial en la agricultura azteca. La construcción de chinampas, plataformas artificiales en el lago, permitió la expansión de las áreas de cultivo.
El sistema de chinampas implicaba la creación de canales entre las parcelas, asegurando un suministro constante de agua para las cosechas.
Además, los aztecas desarrollaron técnicas de recolección de agua de lluvia y almacenamiento en cisternas, contribuyendo a la resiliencia en períodos de escasez. Esta habilidad para gestionar el agua de manera eficiente se tradujo en una agricultura próspera que sustentaba la creciente población azteca.
Los aztecas son el grupo que emprendió la migración desde Aztlán, mientras que los mexicas son los mismos individuos después de recibir el nuevo nombre en el Valle de México. En la práctica, ambos términos se utilizan a menudo de manera intercambiable para referirse a la misma civilización, aunque algunos académicos y fuentes históricas prefieren usar “mexica” para el periodo posterior a la fundación de Tenochtitlán.
Los antiguos mexicas, parte fundamental de la rica herencia de la civilización azteca, desempeñaron un papel importante en el desarrollo social y tecnológico en el Valle de México.
Si bien su legado se asocia comúnmente con proezas arquitectónicas y artísticas, la gestión del agua y la plomería también ocuparon un lugar destacado en su ingeniería avanzada.
En el corazón de Tenochtitlán, la capital azteca construida sobre el lago Texcoco, los mexicas demostraron una habilidad impresionante en el manejo de los recursos hídricos. Diseñaron un intrincado sistema de canales y acueductos para transportar agua desde fuentes lejanas hasta la ciudad. Este sistema, compuesto por calzadas elevadas y diques, permitía un control preciso del flujo de agua, asegurando tanto el suministro para las necesidades cotidianas como la prevención de inundaciones.
La plomería en la civilización mexica no se limitaba simplemente al transporte de agua, sino que también involucraba la creación de intrincadas redes de drenaje.
Los ingenieros mexicas diseñaron sistemas de alcantarillado que facilitaban la eliminación eficiente de aguas residuales, contribuyendo así a mantener altos estándares de higiene en una sociedad floreciente. Estas innovaciones en la gestión del agua destacan la capacidad de los mexicas para adaptarse a su entorno y establecer una infraestructura que, en muchos aspectos, superó a las de otras civilizaciones contemporáneas.