Seguridad en un calentador de depósito
Los calentadores deben operar con la mayor seguridad, evitando incendios, accidentes, fallas eléctricas o fugas de agua y gas, para ello sus componentes tienen mucha relevancia, por lo que conocer cuáles son y qué función tienen sería lo recomendable para entender bien el equipo.
Hay cuatro partes fundamentales al interior de un calentador de depósito: el tanque de almacenamiento, el quemador, el asilamiento y el termostato.
El tanque
El tanque de depósito está manufacturado generalmente en acero galvanizado o acero inoxidable. El tanque se fabrica a partir de una lámina de acero que, dependiendo del grosor de la misma y la calidad del acero, será el peso, costo y resistencia del tanque de depósito. Por tratarse de un metal que contendrá agua por un largo periodo de tiempo, la corrosión del tanque es el primer reto de los fabricantes de calentadores: lograr que el tanque dure el mayor tiempo posible, resistiendo las condiciones de corrosión. Cuando las partes internas están corroídas y encerradas, concentran una alta acumulación de minerales, por lo que la eficiencia del calentador de agua comenzará a declinar. Algunos notables signos que revelarán que el calentador está siendo atacado por un proceso de corrosión, son por ejemplo: encontrar rastros de agua turbia y amarilla. Una de las causas más comunes del agua caliente oxidada son sedimentos acumulados en el calentador del agua caliente. Cantidades reducidas de óxido y suciedad en el suministro de agua se pueden acumular, cuando el agua se bombea a través del calentador de agua, razón por la cual se debe vaciar totalmente y con cierta regularidad, el agua contenida en el tanque, a través de la válvula de drenado que contienen en su parte inferior.
Protección contra la corrosión
A lo largo del desarrollo y aprendizaje en la fabricación de calentadores, por décadas, las empresas fabricantes han probado diversos tipos y formas de recubrimiento, todas ellas tendientes a reducir la corrosión del tanque de depósito, aunque dichos recubrimientos no eran cristalizados y con la durabilidad que tienen ahora. Aplicar un recubrimiento adecuado para evitar la corrosión y contaminación del agua es muy importante. Se acostumbra aplicar este recubrimiento en la totalidad de la superficie interior del tanque de almacenamiento, pero la formulación de los recubrimientos puede variar de un fabricante a otro, así como las técnicas de preparación de superficies y aplicación de recubrimientos finales. Todo esto otorgará al tanque mayor o menor protección.
Los recubrimientos cerámicos están compuestos de partículas individuales de cerámica, de tamaño inferior a una micra y están formadas por mezclas de materiales cerámicos seleccionados y unidos entre sí, así como al sustrato.
El ánodo de sacrificio
Otra forma de proteger al tanque de deposito de la corrosión, es a través de las varillas que se introducen en él para funcionar como ánodos de sacrificio. Para explicar lo más sencillo posible qué es un ánodo de sacrificio, debemos decir que son piezas manufacturadas con metales muy activos, que se unen a metales menos activos; lo anterior para atraer a los electrolitos que normalmente
corroen y debilitan el metal menos activo. La mera presencia del ánodo ayuda a extraer los elementos que normalmente corroen al metal que deseamos proteger, en este caso, el metal del que está hecho el tanque de deposito de agua.
El quemador
Tratándose de los calentadores de agua que utilizan gas como combustible, utilizarán un quemador instalado por debajo del tanque. El quemador es importante porque implica la seguridad de los usuarios y la eficiencia del equipo, así como el consumo de gas determinado por la forma uniforme o no, con la que se calienta el tanque y la tecnología de calentamiento. Se calientan por un quemador de disco que rodea la estructura del tanque, lo que permite otorgar un calor más uniforme, además en el centro del mismo tanque hay un hueco donde se encuentra el serpentín, un aditamento en forma de “Z” metálica, que retarda la salida del aire caliente, contribuyendo a calentar el tanque.
Un calentador de gas con una combustión adecuada debe producir una llama de color azul clara y constante. El color es resultado de la composición química del gas. Cuando el gas es refinado a un estado gaseoso, el propano, butano y otros hidrocarburos, son esencialmente eliminados, quedando el metano para la combustión. La llama azul es el producto de la combustión completa de carbono. Si el quemador ya no proporciona una llama azul, teniendo que es mayormente amarilla, naranja y humeante, lo más recomendable es que urge una revisión y muy probablemente, una sustitución del quemador.
Efecto de convección
Por efecto del fenómeno de convección, mismo que establece que en un medio fluido (líquido o gas), se transporta el calor entre zonas con diferentes temperaturas, el calor se trasfiere a la parte superior del tanque, provocando en el cuerpo de agua contenido dentro del tanque, un flujo de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. El agua fría es suministrada al tanque, inyectada a la parte inferior del mismo a través de un tubo de inmersión.