Desatasques con Hidrolavadora

Publicado en: Notas | 14 octubre, 2025

¿Sigue siendo la varilla de desatasque tu única opción para tuberías con grasa endurecida o raíces?

Sabemos que las obstrucciones en drenajes y tuberías son un dolor de cabeza diario. Cada material, desde la acumulación de grasa y lodos hasta la intrusión de raíces o los escombros de una construcción, requiere un enfoque distinto. Perder horas con métodos poco eficientes no solo afecta tu bolsillo, sino también la reputación de tu servicio. Ha llegado el momento de elevar tu trabajo al siguiente nivel.

La hidrolavadora profesional es una herramienta de ingeniería hidráulica diseñada para solucionar problemas complejos.

ENTENDIENDO LA FUERZA DEL AGUA

Al trabajar con hidrolavadoras, el poder no reside solo en la potencia del motor, sino en la comprensión de dos variables fundamentales: la presión (PSI) y el caudal (LPM). Dominar estos conceptos te permitirá elegir la herramienta adecuada para cada trabajo, logrando soluciones más eficientes y profesionales.

Presión (PSI): La fuerza de penetración

La presión, medida en libras por pulgada cuadrada (PSI), es la fuerza con la que el agua golpea una superficie. Técnicamente, es la energía cinética del chorro concentrada en un punto.

Una presión alta es crucial para trabajos que demandan una fuerza concentrada para vencer resistencias.

En plomería, esto se traduce en la capacidad de:

  • Pulverizar residuos duros: Disgrega lodo compactado, depósitos de grasa endurecida o materiales orgánicos que forman un tapón sólido.
  • Cortar raíces: Con una boquilla adecuada, el chorro de alta presión puede seccionar finas raíces que han invadido la tubería, restaurando el flujo.
  • Perforar obstrucciones: Crea un camino a través de un atasco denso, permitiendo que el agua fluya y el caudal comience a hacer su trabajo.

Un equipo con alta presión (por encima de los 3,500 PSI) es ideal para desatasques localizados o en tuberías con diámetros pequeños a medianos (2″ a 8″), donde la fuerza de impacto es más importante que el volumen de agua.

Caudal (LPM): El poder de arrastre y barrido

El caudal, o flujo de agua medido en litros por minuto (LPM), es el volumen de agua que una hidrolavadora mueve. Si la presión es el golpe inicial, el caudal es el “barrido” que limpia y evacúa los residuos. Su función principal es:

  • Evacuar escombros: Arrastra los residuos (arena, grava, trozos de lodo o raíces) una vez que la presión los ha desprendido.
  • Limpiar tuberías amplias: En tuberías de mayor diámetro (más de 10″), un caudal alto es indispensable para asegurar que los escombros se muevan a lo largo del conducto y no se vuelvan a acumular.
  • Transportar residuos a distancia: Mueve una gran cantidad de material a lo largo de la manguera y fuera del sistema de drenaje, garantizando una limpieza completa.

Un equipo con alto caudal (más de 25 LPM) es más adecuado para trabajos en drenajes medianos a grandes, naves industriales o donde la tubería es larga, ya que asegura que la limpieza sea exhaustiva de principio a fin.

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