Abrasivos: Seguridad, Integridad y Calidad

Publicado en: Notas | 13 agosto, 2025

Trabajar con abrasivos requiere seguridad, inspección y técnica correcta para proteger al operador, cuidar la herramienta y lograr un acabado impecable.

El trabajo con herramientas y abrasivos motorizados o manuales implica riesgos importantes si no se siguen medidas de seguridad y procedimientos adecuados. Desde partículas que pueden afectar ojos y vías respiratorias hasta daños en la pieza de trabajo por un uso incorrecto del abrasivo, la atención al detalle es clave.

Conocer las prácticas de seguridad, la integridad de la herramienta y la técnica correcta asegura eficiencia y garantiza un acabado de calidad.

SEGURIDAD PERSONAL, LA PRIORIDAD ABSOLUTA

Proyección de Partículas: Al cortar, lijar o pulir, se generan incontables partículas diminutas del material trabajado y del propio abrasivo. Estas pueden impactar ojos, piel y vías respiratorias. El uso de gafas de seguridad (ANSI Z87.1), protectores faciales, guantes resistentes y mascarillas respiratorias (N95 o superiores) no es opcional, es imperativo.

Generación de Calor y Chispas: Las operaciones abrasivas generan calor intenso y, a menudo, chispas. Esto representa un riesgo de quemaduras y, lo que es más crítico, de incendio o explosión si hay materiales inflamables cerca. Un extintor a mano y una zona de trabajo despejada son esenciales.

Ruido: Las herramientas abrasivas motorizadas producen altos niveles de ruido, lo que puede causar daños auditivos permanentes. La protección auditiva (orejeras o tapones) es indispensable.

Vibración: El uso prolongado de algunas herramientas abrasivas puede provocar el síndrome de vibración mano-brazo, afectando la circulación y los nervios. Las pausas regulares y el uso de herramientas con sistemas antivibración ayudan a mitigar este riesgo.

INTEGRIDAD DE LA HERRAMIENTA Y EL ABRASIVO 

Elección Correcta: Utilizar el tipo de abrasivo y el tamaño de grano incorrectos para una tarea puede llevar a la rotura del disco, el sobrecalentamiento de la pieza de trabajo o el desgaste prematuro de la herramienta.

La compatibilidad entre el disco y la máquina (RPM máximas, diámetro) es crítica.

Inspección Previa: Siempre se debe inspeccionar un disco o una banda abrasiva antes de usarla. Grietas, desportilladuras, deformaciones o daños evidentes son una señal de que el abrasivo está comprometido y debe desecharse de inmediato. Un disco dañado a altas revoluciones puede desintegrarse violentamente.

Montaje Correcto: Un abrasivo mal montado en una amoladora, cortadora o lijadora puede soltarse durante la operación, con consecuencias devastadoras. Seguir las instrucciones del fabricante para el montaje es vital.

CALIDAD DEL ACABADO Y DAÑO AL MATERIAL

Remoción Excesiva: Un abrasivo demasiado agresivo o una técnica inadecuada pueden remover más material del necesario, arruinando la pieza de trabajo o comprometiendo su integridad estructural.

Rayones y Marcas: El uso de un grano incorrecto o la falta de un patrón de lijado adecuado pueden dejar marcas profundas o un acabado deficiente que requerirá más trabajo para corregir.

Contaminación: En trabajos delicados, como la preparación de superficies para recubrimientos especializados, la contaminación por partículas del abrasivo o residuos puede comprometer la adherencia y durabilidad del acabado final.

La seguridad, la correcta elección del abrasivo y la técnica adecuada son esenciales.

Seguir estas prácticas protege al operario, conserva la integridad de la herramienta y asegura acabados profesionales, evitando accidentes y pérdidas de material.

¡Te invitamos a disfrutar los artículos en la revista Todo Ferretería!