Pintura en exteriores, atención especial
La exposición al sol, la lluvia, el polvo, así como la contaminación y la formación de microorganismos como el moho, son sólo algunas de las razones por las cuales pintar en exteriores debe tener una atención especial.
Más allá de la mala imagen que el deterioro de una fachada le da a una casa, los daños que se presentan pueden terminar en un problema mayor, como la aparición de humedad en el interior, entre otros. Para evitar que esto suceda se debe tener en cuenta el tipo de pintura que se puede aplicar en esta zona.
Existen diferentes tipos de pintura que se puede usar en exteriores y que pueden lograr corregir o simplemente dar una imagen renovada a nuestros muros.
Tomando en cuenta los componentes y características como su duración y resistencia, encontramos: pintura acrílica, ésta es de fácil aplicación y puede variar su tiempo de duración, de 1 a 3 años o de 5 a 8 años, generalmente, esto puede variar según el fabricante. Se sugiere usar este recubrimiento en fachadas nuevas o que presentan daños mínimos, como suciedad.
Muchas veces no se toma en cuenta el color que será empleado en las puertas de las habitaciones, y es una realidad que no siempre combinan con lo que hemos elegido para las paredes. No obstante, las puertas son un elemento que debe ser tomado en cuenta de manera importante, pues son la entrada a la atmósfera que hemos decidido crear en cada una de las habitaciones. Darles un mantenimiento adecuado, las convertirá en la mejor bienvenida.
Las puertas de madera se pueden pintar de cualquier color, para realizarlo es importante empezar removiendo la puerta del marco, de esta manera será mucho más fácil, darle mantenimiento, pues podrás acceder a todos los bordes, sin que esto resulte complicado. Independientemente de que vayas a realizar una renovación en el resto de tu casa, o no, es muy recomendable darle una mano de pintura a todas tus puertas cada dos o tres años, dependiendo de cómo luzcan.
Una vez que la puerta fue removida, lo siguiente será limpiarla. Con un trapo húmedo quita el polvo o cualquier elemento que pueda afectar la mano de pintura. Si la puerta presenta fisuras, agujeros u otras marcas, se puede aplicar masilla de madera para cubrirlas. Cuando los pasos anteriores han sido realizados se debe empezar a lijar la puerta, esto se puede hacer con una lija suave y no es necesario eliminar el color anterior, sólo se busca crear una textura que permita la mejor absorción de la pintura.
Para puertas de madera se puede emplear pintura regular y látex o acrílica, puedes elegir un color que contraste con las paredes de la habitación o utilizar algún color más común como café, blanco o negro. Lo importante es que sea a tu gusto y que te ayude a lograr un mejor estilo en tus espacios.
Asegúrate de cubrir las perillas para no mancharlas, lo puedes hacer con cinta de pintor. Empieza pintando los bordes para que se sequen de manera más rápida y no pinten tu pared. Si la puerta es lisa puedes pintar las caras con un rodillo, pues será mucho más rápido, pero si tiene bordes o textura, la brocha será mejor para cubrir zonas que con el rodillo sería imposible pintar.