Pasos para la producción de clavos

Publicado en: Notas | 9 diciembre, 2022

El clavo una herramienta básica de sujeción, es conocido por su facilidad en la madera. En este artículo te presentamos su proceso de producción 

El proceso de fabricación de un clavo inicia cuando el acero es estirado en un horno a una temperatura mayor a los 1000 grados centígrados. Esto para darle una forma cilíndrica y alargada, que al enfriarse se forma el alambre de acero, el cual se trefila hasta alcanzar el diámetro requerido.

El trefilado se realiza a través de una máquina denominada trefiladora, la cual ayuda a estirar el alambre en frío con el propósito de reducir el diámetro del alambrón un poco más. Luego, este mismo producto es llevado a través de las hileras, dados, mandriles, o trefila de carburo de tungsteno, hasta concluir con el proceso.

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Con esta disminución en el alambrón se obtiene un beneficio en sus características mecánicas.

El alambrón trefilado se debe insertar en una máquina  que lo sujeta desde una mordaza, y con un golpe de émbolo o martillo se va formando la cabeza del clavo. En este mismo proceso, se da un estirón al material, dependiendo de la longitud final que se tiene contemplada, luego se cierran en el otro extremo dos juegos de cuchillas que darán forma a la punta del clavo, repitiendo este proceso cientos o miles de veces por minuto. Después de concluir con este paso, el clavo es pasado por tómbolas que ayudan a limpiar el clavo y retirar los restos de acero que puedan adherirse al mismo.

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Las características que posee un clavo son distintas, debido a los diferentes material de fabricación como sus presentaciones en el mercado.

Dependiendo del material, las características de un clavo suelen ser distintas como sus presentaciones en el mercado. Su variedad se debe a las pequeñas modificaciones que poseen estos productos que servirán para tareas diferentes y con materiales de fabricación distintos, tales como los clavos reforzados.

A pesar de ser fabricado con acero al carbono, un clavo reforzado galvanizado cuenta con un recubrimiento de zinc que obtiene tras pasar por un proceso electrolítico, que a diferencia de un clavo estándar tiene mayor resistencia a la corrosión, firmeza y estabilidad.

Otro producto fabricado de este alambre son las grapas para cercos en forma de U, una pieza utilizada para fijar alambres o mallas en cercos perimetrales que tienen un diseño corrugado para mayor agarre en materiales como la madera, o cercos que utilizan alambre o malla de acero para una estructura.

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A continuación te presentamos los tipos de clavos más comunes:

  • Clavos anillados: La principal característica de estos clavos son los anillos en el vástago, que pueden generar una confusión con los tornillos, sólo que el proceso de instalación no es con desarmador, sino con herramientas de percusión. Los anillos permiten una resistencia adicional de penetración, y se pueden aplicar tanto en madera como en placas de yeso.
  • Clavos Brad: Son los clásicos clavos para carpintería. Sus pequeñas dimensiones, tanto en diámetro como en grosor, reducen la posibilidad de quiebre en la madera. Se utilizan sobre todo en uniones de madera y  suelen avellanarse para producir una apariencia lisa.
  • Clavos comunes: Son los más utilizados en el ámbito de la construcción. Se caracterizan por su vástago grueso y su constitución de acero. Se usan con gran eficiencia en aplicaciones de carpintería, como marcos para puerta. También se distinguen por su cabeza plana lisa, así como por su clásica punta de diamante. Sólo en ocasiones se tiende a achatar la punta para evitar el quiebre de la madera.
  • Clavos de corte: Por su particular función, suelen endurecerse y necesariamente están fabricados de acero. Tienen punta cuadrada y obtusa, con el fin de penetrar el concreto y la mampostería sin astillamientos. También se caracterizan por su mayor fuerza de agarre, por lo que son especialmente útiles en trabajos de albañilería, pero también en aplicaciones como la restauración de muebles y la restauración de pisos de madera.
  • Clavos de albañilería: Aún cuando los de corte se utilizan con funciones de albañilería, existen unos clavos aún más especializados, los cuales se caracterizan por unos surcos a lo largo del cuerpo. Tienen un grosor particularmente ancho, que permite la penetración en bloques de concreto.
  • Doble cabeza: Estos clavos se distinguen por su forma peculiar. También se conocen como dúplex y se utilizan en sujeciones temporales, sobre todo de madera, pues su estructura permite una extracción mucho más sencilla.

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