La unión del cobre por medio de la soldura blanda

Publicado en: Notas | 2 diciembre, 2022

El cobre es un elemento que debe ser manejado con la técnica y materiales adecuados, y de esta manera poder asegurar una instalación segura a los habitantes de la edificación

El cobre es un material con muchas ventajas. Ideal para usarse en nuestras instalaciones, es liviano, maleable, fácil de unir, no tóxico y resiste la corrosión. Por ello es muy utilizado en tuberías que conducen agua o proveen calefacción y refrigeración a edificios enteros. La tubería de cobre es flexible, resistente a las bacterias y fácil de instalar. También es respetuoso con el medio ambiente, ya que se puede reciclar.

Sin embargo, hay que tener en cuenta dos factores: uno, su precio es más elevado que el de otros materiales que, aunque cumplen las mismas funciones, son menos resistentes; y dos, su instalación requiere cierta capacitación. De un adecuado procedimiento de soldadura y la elección adecuada de los materiales, dependerá la estabilidad de las uniones de una red de tubería y, por ende, la seguridad de un hogar o establecimiento.

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Se le llama soldadura blanda debido a que el plomo suave es su principal componente; se caracteriza por tener un punto de fusión de aproximadamente 400ºC.

Antes que nada, las zonas de las piezas a soldar deben permitir un contacto lo más ajustado y cercano posible entre ellas, para ello será necesario prepararlas adecuadamente, empezando por limpiar la zona de soldadura para eliminar los posibles óxidos, grasas o pinturas; entonces sujetar convenientemente las piezas de la zona de unión. Existen distintos métodos para realizar la soldadura blanda, por ejemplo a través de un soplete, por resistencia eléctrica, ultrasonidos o por inducción, entre otros. La soldadura blanda realizada por inducción, presenta una serie de ventajas frente a estos otros métodos. Estando las piezas juntas se aplica una capa de material fundente, se calientan mediante el soldador eléctrico y se acerca el material de aportación, que al fundirse, cae sobre la zona de unión.

Al utilizarse temperaturas más bajas, no constituye uniones especialmente fuertes. Por excelencia, es la que se aplica en la unión de tuberías y conexiones de cobre. Existen distintos métodos para realizar la soldadura blanda, por ejemplo a través de un soplete, por resistencia eléctrica, ultrasonidos o por inducción, entre otros. La limpieza y preparación del material siempre es importante previo a iniciar con el soldado.

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Se utiliza en bajas temperaturas, por lo que no constituye uniones especialmente fuertes.

La soldadura  blanda difiere  de la soldadura por arco eléctrico, en que la primera no implica la fusión de las piezas de trabajo, por lo que resulta de gran utilidad para la unión de piezas pequeñas, donde sería muy difícil un procedimiento de soldadura por fusión, por ejemplo, al momento de soldar, además de tuberías de cobre,  componentes electrónicos.

Proceso:

1.Separación entre piezas: el espacio entre las piezas que se van a soldar debe ser tan pequeño como el grosor de un cabello; se recomienda que el intervalo sea entre 0.25 y 1.20 mm de separación. Esta separación es muy importante para que la soldadura sea lo más resistente posible. Una separación mayor afecta directamente la resistencia porque dificulta la unión. Una unión llena puede generar excesos de soldadura fundida que obstruyan el paso del material que transporta una tubería.

2Posición de las piezas: las dos partes que se van a soldar deben estar en perfecta alineación. Las múltiples formas de ensamblar las piezas parten de la unión a tope o a solape. En la primera, las piezas se posicionan borde con borde de forma que la resistencia de la unión depende de la separación de contacto. Para una mayor resistencia la unión por solape es la recomendable porque hay mayor superficie de contacto al estar una pieza sobre la otra. Pueden utilizarse elementos auxiliares como soporte o sistema de sujeción para mantener fijas las piezas a soldar, el uso de una prensa o tornillo de banco puede ser muy útil para mantener unidas las piezas mientras se solidifica la soldadura y así evitar posibles grietas por variar la unión antes de enfriarse.

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3. Elección correcta del material de aporte: esta decisión debe estar fundamentada de acuerdo al uso que tendrán las piezas a soldar. Es necesario respetar la temperatura que se indica para efectuar un proceso correcto. Una forma muy sencilla de saber si la temperatura es la adecuada, consiste en acercar la punta del material de aportación a la llama del soplete o arco eléctrico y ver si éste se derrite con facilidad.

4. Limpieza de las superficies: la presencia de suciedad, hollín, aceite, grasa y sudor en las superficies de la unión impide que el material de aporte fluya correctamente. Antes de comenzar a soldar es muy importante que las piezas estén limpias y tampoco presenten rebabas en las puntas, la recomendación es utilizar una lija para eliminarlas y si es necesario, dependiendo del tipo de pieza, un cepillo de alambre. Una de las características de los metales es su apariencia brillante. Cuando un metal se oxida cambia su brillantez por un aspecto opaco. La limpieza previa con lija es fundamental para eliminar impurezas y reducir la cantidad de óxidos.

5. Aplicación del fundente: para facilitar que la soldadura fluya mejor y evitar que se produzcan óxidos durante el proceso, hay que ser cuidadosos con la cantidad de fundente que nos recomiende el fabricante utilizar y también con nuestra propia aplicación, sólo hay que colocar la pasta en donde irá la soldadura, puesto que permite el flujo de ésta, si aplicamos fundente en otra parte la aleación resbalará hasta donde se haya aplicado. Por lo general se recomienda usar una parte de fundente por cada ocho de soldadura y calentar previamente las piezas antes de soldar, para que la aleación se reparta de manera uniforme.
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