La Elección de la Bomba lo Cambia Todo
No todas las bombas desatascadoras sirven para todo. No todas resuelven lo mismo. Y no todas se deben usar en cualquier tipo de instalación.
Estas son las principales categorías que deberías considerar:
DESTAPACAÑOS DE COPA/CAMPANA: Son el “caballito de batalla”.
Su principio es simple y poderoso: la succión y la presión hidrostática.
Al crear un vacío y luego empujar, logran desalojar obstrucciones cercanas al sifón del inodoro. Pero ¡ojo!, no todas las copas son iguales. Las variantes para inodoros tienen un diseño cónico o una extensión para sellar mejor la abertura del sanitario, mientras que las de lavabos son más planas. Elegir la forma adecuada es clave para maximizar el sellado y, por ende, la efectividad.
SERPIENTES O GUÍAS DESATASCADORAS: Cuando el atasco se esconde más allá del alcance de la copa, la guía desatascadora (o barreno) es nuestra mejor amiga.
Son cables flexibles con diferentes tipos de cabezales.
Los hay manuales, de manivela para mayor facilidad, e incluso eléctricos para los trabajos más rudos y largos. La clave es conocer el diámetro y longitud de la tubería para seleccionar la guía correcta y evitar daños.
Destapacaños De Aire Comprimido/CO2: Estos aparatos usan una ráfaga de aire o CO2 para crear una onda de choque que “empuja” el atasco.
Son rápidos y poderosos, ideales para desatascos sin químicos.
Sin embargo, requieren precaución extrema: asegurar un buen sellado para evitar salpicaduras, usar EPP (Equipo de Protección Personal) y asegurarse de que la tubería no esté dañada, ya que la presión podría empeorar un problema estructural.
Herramientas Para Atasques Mayores: Para obstrucciones complejas o recurrentes, las herramientas de diagnóstico son esenciales. Las hidrolavadoras o hidrojets utilizan agua a alta presión para limpiar las tuberías de forma profunda. Y, por supuesto, la cámara de inspección de tuberías. Esta no es una herramienta de destape, ¡es una herramienta de diagnóstico quirúrgico! Nos permite ver la anatomía del atasco, identificar su naturaleza (raíces, fracturas, grasa acumulada) y así aplicar la solución más precisa y eficaz, evitando daños innecesarios.