Guantes de protección: cuidando las manos
Su función es proteger las manos y antebrazos contra cualquier amenaza de cortaduras, abrasiones, quemaduras, punciones, contacto directo de la piel con productos químicos corrosivos y peligrosos y, proteger contra cierto tipo de descargas eléctricas.
Desde su invención, su propósito ha sido el resguardo y protección de las manos ante las condiciones que les pueden dañar y, que van desde el clima, hasta la manipulación de las herramientas y materiales de trabajo. En alguna época fueron signo de distinción y elegancia, pero como equipo de protección fue a partir de 1933 que se les implementó recubrimientos de goma y látex, con caucho natural o sintético, plástico de vinilo, etcétera, para protección a lesiones por cortes, golpes o abrasiones. La seguridad de las manos depende fundamentalmente de la eficacia del guante que las protege.
En función de cada tipo de riesgo y nivel de prestación, los guantes se clasifican en tres categorías:
• Categoría I: Son aquellos que protegen de riesgos leves o menores como pueden, ser por ejemplo, los guantes de jardinería, guantes de protección a temperaturas inferiores a 50º C, guantes para limpieza, etc.
• Categoría II: Protegen de riesgos intermedios, muy habituales en industria. Por ejemplo, los guantes mecánicos, guantes de protección a temperaturas hasta 100º C, guantes de protección frente a motosierras, para soldadores, guantes para el frío extremo, etcétera.
• Categoría III: Protegen de riesgos de lesiones irreversibles, con peligro mortal o que puedan causar lesiones muy graves, como por ejemplo, guantes de protección química, biológica, guantes para electricidad de alto voltaje, guantes para temperatura superior a 100º C, etcétera.
Este es sólo un fragmento de la edición número 59 de la revista Todo Ferretería. Si quieres leer el artículo completo adquiérela en Sanborns y puestos de periódicos, o suscríbete.