Discos abrasivos: del grano al grado
Generalmente, la composición de los discos abrasivos consta de una serie de granos abrasivos triturados, unidos entre sí por un aglutinante que al mismo tiempo, los mantiene fijos y anclados en un material de soporte.
Las partículas de un disco que realizan el corte o el proceso de desbaste, son llamadas granos o grano abrasivo. Este es el elemento esencial de un disco porque realiza la función de corte, cubre la superficie del disco y porque su dureza es siempre mayor a la de la pieza de trabajo. Los tipos más comunes de granos para discos de corte incluyen alúmina cerámica, alúmina de circonio, óxido de aluminio y carburo de silicio.
La arena del grano es también un auxiliar para determinar las propiedades físicas y de rendimiento de cualquier disco. El grano se refiere al tamaño de las partículas abrasivas individuales, del mismo modo que los granos en el papel de lija se clasifican por su tamaño. Los tamaños de grano varían de 16 a 60, con números más pequeños que indican partículas más grandes y gruesas y números más grandes que indican partículas más pequeñas y finas.
Una de las principales ventajas de este tipo de abrasivos, es que son muy modificables; es decir, según la necesidad, la dureza del abrasivo puede ser ajustada.
Otro componente importante de los discos de corte abrasivos es el material aglutinante, que permite la unión y solidez de los granos abrasivos. Este material, que puede ser natural o artificial, es lo que le confiere resistencia y proporciona dureza al disco. El poder del aglutinante para mantener unidos los granos abrasivos determina el grado del disco.
Esta última cualidad puede afectar detalles como la velocidad del disco y la profundidad del corte o desbaste. También es importante tener en cuenta el material de malla, que es el refuerzo mecánico que impide que se fracture un disco. Por lo general, el material de malla incluye una o más capas de fibra de vidrio.