Corrosión en el calentador de agua
Por obvias razones, la exposición permanente del equipo a la humedad provocará eventualmente la presencia de corrosión y con ello el daño gradual al calentador.
La corrosión se define como el deterioro de un material a consecuencia de un ataque electroquímico del mismo entorno. Una vez que comienza la corrosión dentro del tanque, el calentador de agua ha entrado en su etapa final de vida.
Por esta razón, dentro del tanque existe una barra metálica llamada ánodo de sacrificio, la cual protege el revestimiento interior al atraer hacia sí todas las partículas corrosivas a través de un proceso llamado electrólisis.
La misión de un ánodo de sacrificio es evitar la corrosión que los componentes metálicos del equipo sufrirían con el agua.
Los ánodos de sacrificio suelen estar manufacturados en aluminio o magnesio. Los profesionales de la plomería saben que el ánodo de sacrificio debe sustituirse cuando se ha consumido, justo para evitar que se oxide el calentador de depósito, y que pueda llegar incluso a perforarse.
El período de vida de un ánodo de sacrificio depende de muchos factores: el tipo de agua, la temperatura a la que esté regulado el calentador, el consumo de agua y el modelo de calentador. Normalmente se recomienda efectuar una revisión al año de la instalación del equipo, y en función del estado en que se encuentre el ánodo, repetirla de forma periódica.