¿Cómo funciona el regulador de gas?
Un regulador es un dispositivo mecánico de seguridad que reduce la presión de gas proveniente de un tanque de almacenamiento de gas; o en el caso de gas natural, de una línea de saturación a una presión determinada, que permita siempre un uso eficiente del gas.
El regulador es el corazón de una instalación de gas; éste compensa siempre las variaciones de presión que existen en el tanque debido a los diferenciales de temperatura y de volumen. Para escoger el regulador de gas apropiado en cada caso, lo primero que hay que saber es que existen dos tipos de reguladores que varían, según el tipo de gas que se use o que se tenga contratado. Antes de comprar cualquier regulador, debemos estar seguros del tipo de suministro de gas con el que se cuenta.
Uno es el regulador para gas natural y el otro has LP. En el caso del gas natural lo correcto es buscar un regulador de 22 milibares y para el gas LP lo más adecuado será uno de 38 milibares. Lo mejor es consultar a un profesional teniendo en cuenta los datos de tu instalación y dejarse orientar.
Si el regulador de gas se va a usar en cilindros, se recomienda instalar uno de baja presión (gasto de 8 metros cúbicos por hora), pero si el regulador de gas se va a utilizar en tanques estacionarios, se recomienda instalar uno de alta presión (gasto cúbico de 21 metros cúbicos por hora). Existen reguladores para un cilindro de gas o para dos cilindros alternados.
Regulación en dos etapas: Para lograr que se controle con eficiencia la presión a las tuberías de servicio, se hace la regulación en dos etapas. En las instalaciones habitacionales como pueden ser unidades de departamentos en las que generalmente los contenedores estacionarios son de gran capacidad, el regulador se localiza un tanto distante de los aparatos de consumo, por lo que es necesaria la regulación de dos etapas. La ventaja de la regulación de dos etapas es que evitan las variaciones notables en la presión recibida por los reguladores de segunda etapa, obteniéndose una presión uniforme en las tuberías de servicio, consecuentemente un óptimo funcionamiento de los quemadores. También se reducen considerablemente los diámetros de las tuberías de servicio y con ello los costos materiales y de mano de obra principalmente en grandes instalaciones tipo habitacional, comercial, industrial, etc.
La norma mexicana que aplica para los reguladores de gas LP es la NMX-X-046-SCFI-2011 cuya presión de servicio fluctúa entre 2.48 kPa hasta 3.04 kPa, indicados para las instalaciones de aprovechamiento doméstico.
La mayor parte de los reguladores en el mercado se fabrican de latón y acero, y sus empaques suelen ser de nitrilo.
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