Calefactores Domésticos, funcionamiento eficaz y seguro
El confort térmico es fundamental para disfrutar del bienestar en el hogar o el trabajo, condición necesaria para desempeñarse con eficiencia, entusiasmo y alegría. En invierno y en ciertas ciudades de México y el mundo, los equipos y sistemas de calefacción contribuyen a mantener una temperatura interna constante y balanceada.
La vida es posible gracias a que los organismos vivos son sistemas abiertos que intercambian materia y energía con su entorno; en fisiología, la velocidad a la que un organismo transfiere energía química en calor y trabajo externo, se denomina índice metabólico. Para lograr un adecuado balance térmico, el cuerpo humano, de forma sabia y natural, tiene siempre aportes y pérdidas de calor por convección, conducción, radiación y evaporación.
La percepción de confort térmico, es decir, la reacción del cuerpo humano, ante un conjunto de condiciones en el ambiente; no depende solo de la temperatura ambiente, hay que agregar: velocidad del aire, humedad, índice metabólico de cada individuo e índice de indumentaria (el aislamiento que produce nuestra ropa, calzado y tocado). Por lo anterior, la percepción de frío o calor puede ser muy subjetiva para cada individuo y cultura, no así el comportamiento del organismo humano a los cambios internos de su temperatura corporal. Un aumento notable de la temperatura interior, digamos entre 5 o 6 grados, puede causar daños severos al organismo e incluso la muerte; pero el cuerpo tolera aún menos las bajas temperaturas, por lo que enfriarnos a 35 °C o menos (hipotermia), será una situación muy grave, que se comienza a sentir con somnolencia hasta caer en un profundo letargo, sobreviniendo irremediablemente la muerte.
Un repaso por la historia de la calefacción
Durante miles de años, el fuego fue la fuente de calefacción por excelencia para crear un ambiente agradable para la familia o tribu. A lo largo de la historia, éste se ha usado de muy diversas formas; por ejemplo los patricios, la clase alta romana, contaba con un sistema de calefacción hipocausto, sistema que utilizaba un horno de calefacción y cuya dispersión de vapores se hacia por ductos instalados en el suelo. Fue inventado por el ingeniero romano Cayo Orata y utilizado sobre todo en las termas del imperio romano. Ya en la edad media se utilizaba una unidad de calefacción de solera, ubicada en el centro de la habitación, con ductos para la salida de humos.
El calefactor
Los calefactores son equipos que proporcionan a una estancia un flujo inmediato de aire caliente continuo, gracias a que un radiador genera una fuente de calor y un ventilador lo transmite al aire en el lugar en que se encuentre.
Los calefactores y convectores, son una solución muy sencilla para mejorar la temperatura de una habitación pequeña, como la recámara, el baño o la cocina. No requieren ningún tipo de instalación especial, basta con conectarlos a la toma de energía eléctrica para que empiecen a expulsar aire caliente, de forma rápida y focalizada; aunque éste perdura poco tiempo, por lo que se recomienda su uso sólo como sistema complementario de calefacción.
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