Bellos jardines, bien mantenidos
El mantenimiento del jardín abarca tareas básicas como podar setos y árboles, cortar el césped, o trabajar con las plantas.
Para cuidar y mantener nuestro jardín, es elemental conocer los ciclos de las especies y tener los conocimientos básicos de jardinería: saber cómo trasplantar, podar, aplicar el fertilizante; saber cuándo una planta está enferma, qué cantidad de riego se requiere; cuándo es el momento adecuado para hacer cada poda; además poseer las herramientas necesarias y en buen estado, para poder realizar un eficaz trabajo de mantenimiento y tener todo el año un jardín impecable.
Podas
Las podas de árboles, arbustos y plantas ornamentales son indispensables para rejuvenecer, sanear, vigorizar, conformar la copa y para estimular una mayor floración. Las especies arbustivas de los jardines no necesitan una actividad estricta de poda, sólo despunte o saneamiento cuando sea necesario. Siempre que se haga este trabajo, hay que tener claro el objetivo para el que se hará la poda. Será sanitaria si se elimina una parte afectada del árbol o la planta, porque se ha enfermado o sufrió el ataque de una plaga; a diferencia de la de formación que se hace regularmente en los setos por estética o cuando hay ramas entrecruzadas o hijuelos. Se hará la limpieza de copa para favorecer la aparición de nuevos brotes y eliminar las ramas defectuosas o las que evitan el paso de la luz hacía su interior.
Deshierbes
El deshierbe es una actividad regular en la jardinería, que se intensifica en el verano debido a las lluvias, ya que la maleza suele crecer a gran velocidad en esta época. Puede llevarse a cabo mediante un azadón o con la mano. Aunque también se puede hacer con una desbrozadora; sin embargo, hay que tener mucho cuidado de no darle a los troncos de los árboles ni a los arbustos por la base.
Riego
El riego es una actividad básica en el jardín, puesto que de éste depende la salud y vida del mismo. Un jardín bien regado es mucho más resistente a los parásitos y a las enfermedades. Por eso es muy importante saber cuáles son sus necesidades; por ejemplo, si se tiene especies recién plantadas o en floración, necesitará más agua. Hay sistemas de riego que ofrecen una serie de ventajas, pero deben someterse a un estudio previo para determinar si es el más idóneo.
Fertilización
Hay fertilizantes orgánicos e inorgánicos y muchas cosas que se dicen acerca de cuál es el mejor. En realidad, no es que uno sea mejor que otro porque los nutrientes reales asimilados por la planta no se procesan según su origen, sino de acuerdo con lo que necesita. Al utilizar un fertilizante orgánico, debemos saber que tarda al menos de tres a cuatro semanas -dependiendo de las condiciones meteorológicas- en disiparse en el suelo para que las plantas puedan asimilar los nutrientes. Así, para alimentar una planta en abril el fertilizante orgánico se deberá aplicar en marzo. Pero si se utiliza uno inorgánico, no se debe suministrar muy cerca de las raíces, ya que la planta se puede secar por las sales químicas del fertilizante. Además, si las dosis son excesivas, pueden aumentar las sales tóxicas en el suelo, creando desequilibrios químicos.
Enfermedades
Las plagas en un jardín son organismos vivos que succionan los nutrientes de las plantas para poder vivir. Las más comunes son los pulgones, hormigas, babosas o caracoles, los ácaros, cochinillas y los gusanos. Mientras que las enfermedades pueden ser causadas por virus o bacterias y por las condiciones inadecuadas de riego o fertilización.
Te invitamos a disfrutar del artículo completo en nuestra edición de marzo.