Tipos de cementos
El cemento es y seguirá siendo la materia prima de la construcción. Y de su uso adecuado se pueden obtener grandes resultados; desde el rascacielos más grande del mundo hasta una casa pequeña.
El cemento es el material básico para producir el concreto. Se compone de minerales artificiales, como los silicatos, carbonatos y aluminatos de calcio. Todos estos minerales deben molerse y recibir un tratamiento químico cuya efectividad varía dependiendo del fabricante. En esencia, el cemento sirve para unir. Ésa es su principal función, y para ello necesita fusionarse con dos tipos de materiales: los áridos, entre los que destaca la arena; y los húmedos, es decir el agua. Así encontramos la principal medida para el cuidado del cemento: hay que alejarlo de la humedad; ya que ese factor desata la reacción química en sus componentes y el cemento comienza a fraguar. Si esto ocurre, el material quedará inservible, así que debes recordar que, tanto en el momento de almacenamiento como durante los momentos previos a la mezcla, el cemento debe estar lejos de la humedad, pues eso permitirá que mantenga todas sus características en óptimas condiciones.
En el ámbito de la construcción el cemento no se reduce a un mero ingrediente, sino que participa en muchos sectores.
Cemento Portland: Se trata del cemento más utilizado en la mezcla de concreto. El principal componente de este cemento es el clínker. Se trata de un producto granulado que, al mezclarse con yeso o con algunos productos que retardan el fraguado, produce el cemento del que hablamos. Recordemos que el cemento puede variar en su composición y agregar otros componentes que modifiquen las propiedades de resistencia o adherencia del cemento; sin embargo, todos ellos deben pulverizarse junto con el clínker antes de agregar el yeso a la combinación.
Portland férrico: La diferencia de este cemento con el Portland tradicional es su alta cantidad de hierro. Por medio de la adición de cenizas de pirita y minerales en polvo, se logra esta composición de cemento. Su proceso de hidratación requiere mucho más calor que otros tipos de Portland.
Cemento negro: Esta clase de cementos tiene las características opuestas a los cementos férricos; es decir, contienen muy bajas cantidades de hierro, y esto genera el color particular. Para garantizar las propiedades de dureza de este cemento, se compensa la falta de hierro con minerales como la fluorita o la criolita; ambos aportan la resistencia necesaria en este cemento.
Cemento puzolánico: Como habíamos mencionado, al cemento Portland se le pueden agregar otros componentes, que aporten nuevas características. Uno de los más utilizados es la puzolana, una piedra volcánica originaria de la localidad de Pozzuoli, pero que hoy denomina a las cenizas volcánicas de diferentes lugares. Cuando se mezcla con cal, permite una excelente preparación de la mezcla.
Cemento siderúrgico: Además de la puzolana, el cemento puede estar integrado por escoria de fundiciones o residuos obtenidos del calentamiento del cuarzo. Asimismo, se recurre a la ceniza del carbón para formar de cementos.
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