Selección de la ducha de agua

Las regaderas de baño (también llamadas duchas), vienen en diferentes formas y estilos, configuradas para brindar diversas funciones.

Ducharse con una regadera es lo más común en la cultura occidental, debido a la eficiencia de su funcionamiento en comparación con una bañera; sin embargo, la importancia de elegir la ducha adecuada a menudo se subestima. Al comprar una nueva ducha se debe pensar en las necesidades y requisitos verdaderos de los usuarios. Cada tipo de ducha tiene sus propios beneficios, y algunos son más adecuados para ciertas propiedades que otros. La selección adecuada nos brindará versatilidad, facilidades de mantenimiento, durabilidad y cero decepciones.

Cualquier ducha rociará agua de una forma u otra, pero no necesariamente en la dirección deseada.

La experiencia demuestra que muchas regaderas de calidad inferior comienzan a rociar agua por todas partes, dentro de unas pocas semanas o meses a partir de la compra; o sus boquillas simplemente se obstruyen y no dejan pasar nada de agua. Por lo tanto, prefiera siempre productos de calidad y respetuosos de la normatividad vigente en materia de consumo de agua. Recuerde que los productos baratos pueden representar costos más altos a largo plazo, particularmente debido a sus vidas más cortas y su mayor consumo de agua. En el mercado existen duchas equipadas con diferentes patrones de rociado, dependiendo de las necesidades actuales y el estado de ánimo del momento, las duchas pueden cambiarse de la pulverización normal a una pulverización de masaje, pulsos y caricias.

Recomendaciones de compra: es importante verificar si se cuenta un sistema presurizador de agua (hidroneumático), así como la altura del tinaco de agua que sirve de suministro y cotejarlo con la presión de trabajo indicada en la información al consumidor del producto seleccionado. Antes de adquirir una regadera nueva, verifica que la seleccionada presente el sello de certificación NOM, el cual indica que “cumple con La Norma Oficial Mexicana NOM-008-CNA-1998”, lo cual garantiza un buen desempeño del producto, como el ahorro de agua, siempre y cuando se use de acuerdo con lo especificado por el fabricante, en la información al consumidor que acompaña al producto en cuestión.

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