Prevenir fallas del sistema hidráulico

Publicado en: Notas | 22 agosto, 2018

El funcionamiento eficiente y duradero de una instalación hidráulica dependerá de varios factores. Por supuesto, de la calidad de los materiales y productos instalados en dicha instalación; pero sobre todo de la calidad del trabajo técnico de instalación.

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Disponer de agua potable, tanto en cantidad como en la calidad necesarias para el consumo humano, es una de las demandas básicas de la población pues incide directamente en su salud y bienestar en general. Todos deseamos girar el grifo para obtener abundante agua limpia, introducirnos a la regadera sin preocupación de que falle el suministro; o bien contar con el agua suficiente en el sistema para que funcionen todos los electrodomésticos que nos permiten tener los utensilios de cocina y la ropa limpia. Sin embargo, a menudo, no es hasta que sucede un desperfecto mayor cuando volteamos a verificar el estado físico de las tuberías y conexiones, buscando por emergencia a un técnico para corregir el problema.

La importancia del plomero
El servicio profesional que nos brindan los plomeros, fontaneros o técnicos especializados en instalaciones, es fundamental para garantizar una instalación hidráulica confiable y duradera, sobre todo en estos tiempos en que la tecnología ha avanzado mucho y los sistemas se vuelven más sofisticados e inteligentes. Aunque, siendo sinceros, en nuestro país aún estamos lejos de alcanzar un nivel de profesionalización adecuado en este sector. La falta de preparación formal y la ausencia de verificación de los trabajos, sigue siendo un importante pendiente del ramo. Mientras elaboramos este artículo, nuestra casa editorial realiza un estudio de mercado nacional, acerca de las preferencias y necesidades de los plomeros de México: sus criterios de trabajo, formación teórico/práctica alcanzada y sus sugerencias para mejorar en esta actividad.

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Preparación teórico – Práctica
Según el blog hispano de negocios, en los Estados Unidos de Norteamérica, como primer paso para obtener una licencia de plomería o fontanería se deben aprobar tres exámenes técnicos, además de comprobar que se tiene un mínimo de 4 años de experiencia como aprendiz. El candidato deberá haber cumplido los 21 años de edad y pagar el costo de la licencia que es de tres mil dólares (aproximadamente 60 mil pesos mexicanos).

Antes de aplicar los exámenes se debe obtener la aprobación del Consejo de Estado (institución que ejerce funciones de órgano supremo consultivo del gobierno, o de máxima instancia de la jurisdicción contencioso administrativa) para poder presentar los exámenes y obtener la licencia. Como maestro plomero se trabaja con licencia, como profesional cualificado, formado, con experiencia y con los conocimientos técnicos necesarios para planificar adecuadamente, diseñar e instalar aparatos y equipos de reparación de fontanería; así como también tener la facultad de supervisar a otros plomeros en su desempeño.

En opinión de FlowGuard, marca líder en productos de CPVC, la norma mexicana de construcción de instalaciones aplica a todos los constructores y desarrolladores en la modalidad de construcción de vivienda nueva, dentro del territorio nacional, así como para los elementos que conforman la instalación hidrosanitaria, a partir de la toma domiciliaria y el primer registro sanitario hacia el interior de la vivienda. “Es importante aclarar que las normas aplican para los productos y materiales, pero son las constructoras, desarrolladores e instaladores quienes deben de exigir que los materiales que especifican e instalan en sus proyectos, cumplan con las normas y sobre todo que cuenten con la certificación correspondiente; ya que actualmente cualquier fabricante puede grabar en sus tuberías presiones y temperaturas, que no necesariamente cumplen los estándares mínimos de calidad, como son: presión hidrostática, temperatura de ablandamiento, resistencia al impacto, aplastamiento, reversión térmica, etcétera”.

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La instalación hidráulica
Una instalación hidráulica la podemos definir como el conjunto de tuberías, muebles, accesorios, conexiones y equipos que permiten conducir en forma eficiente el suministro de agua fría y caliente en una edificación, generalmente para desarrollar las diversas actividades de aseo personal o higiene requeridas. Todos los sistemas tienen grandes ventajas, y como es lógico, tienen simultáneamente sus restricciones e inconvenientes. Instalar tuberías de un material u otro, dependerá mucho más del gusto y experiencia de cada ingeniero, arquitecto o técnico, así como del uso y características de la edificación y su contexto (ubicación, clima o tipo de agua disponible, por citar algunos factores), del presupuesto asignado y de las posibles modificaciones que tendrá la instalación en el corto o mediano plazo. Independientemente de si las tuberías y conexiones están manufacturadas de cobre, CPVC, PEX o PPR, el técnico debe conocer muy bien la técnica de instalación, pero sobre todo, diseñar y calcular correctamente el dimensionamiento del sistema para evitar fallos en el corto plazo.

Dimensionamiento del sistema
Un error en el dimensionamiento del sistema hidráulico puede generar, en el mejor de los casos, sólo un gasto económico excesivo (en caso de sobre-dimensionamiento), pero en situaciones más graves (sub-dimensionamiento), puede provocar un suministro insuficiente de agua, o un suministro con una presión excesiva que ocasione desgaste prematuro, fallas y rupturas en las tuberías. A veces se confunde la relación que existe entre la presión y la velocidad del agua en el interior de un sistema hidráulico. A igualdad de diámetro de un tubo en el que no se modifique el régimen de funcionamiento de la bomba que transmite la presión al fluido, cuando aumenta su velocidad lo que implica es un incremento del caudal, manteniéndose constante la presión.

La presión de agua es la cantidad de fuerza que se ejerce al agua para que se mueva de un lugar a otro, o la cantidad de fuerza que tiene el agua al salir de la tubería o grifo. En una instalación, la presión del agua usualmente es generada por la gravedad, aunque también puede ser provocada por un hidroneumático. El flujo de agua y su presión tienen diferentes unidades de medida. El primero se mide en litros por segundo, ya que es una medida de la cantidad de líquido dispensado. La presión de agua se mide en kilopascales (kPa). Es una medida de cuánto estrés o fuerza se coloca en el agua a medida que se mueve por las tuberías.

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Todos los sistemas tienen grandes ventajas, y como es lógico, tienen simultáneamente sus restricciones e inconvenientes.

Fallas de la instalación
En la instalación de tuberías que conducen el agua potable surgen importantes desafíos, sobre todo por intentar montar una gran cantidad de tramos en un corto tiempo, sin interferir con otros servicios como electricidad y tuberías de descarga, en este contexto surgen fallos como los siguientes: En sistemas de CPVC En el caso de los sistemas de CPVC podemos citar los siguientes fallos. Cuando se excede la cantidad de cemento solvente sobre las uniones, se puede presentar en corto tiempo un abombamiento de la pieza, y en seguida una rotura del tramo de tubería cercano a la conexión o nodo; teniendo como consecuencia una deformación y debilitamiento de las paredes del tubo. Los técnicos definen esta situación como un exceso de soldadura en la parte externa o interna del tubo, presentando además residuos e impurezas debajo del cemento solvente.

En sistemas de cobre
El cobre sigue siendo uno de los materiales más utilizado en las redes de tuberías a presión, presentes en las instalaciones de nuestros edificios y hogares. Su eficacia, durabilidad y alta resistencia, hacen que las tuberías de cobre sean de las favoritas en instalaciones hidráulicas. Desgraciadamente el origen de las fallas en este tipo de instalaciones, no son imputables al cobre como material, sino más bien a defectos en el proceso de soldadura de las uniones; incorrecta combinación con tuberías de hierro y a la ausencia de un sistemas de filtración que permitan limitar el tamaño de las partículas en suspensión que transporta el agua.

En sistemas de PPR
En la búsqueda de un sistema de conducción de agua capaz de soportar altas temperaturas y presiones, procurando también superar los problemas de unión de las tuberías convencionales, investigadores alemanes desarrollaron hace más de 25 años un material revolucionario el Polipropileno Copolímero Random (PPR). Las tuberías de PPR están sujetas a dilataciones térmicas, exactamente igual que el resto de materiales constructivos,  lo que obliga a compensar dichas dilataciones a la hora de hacer el cálculo de la instalación. Las tuberías empotradas absorben esta dilatación hacia el interior y han de calcularse entre puntos fijos o cambios de dirección. Si la dilatación no es mucha y la instalación puede absorberla, lo mejor es permitirle movilidad en los extremos. Si esta movilidad no se puede permitir y la dilatación no es mucha, se pueden emplear manguitos dilatadores.

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Valiosos consejos
Los profesionales recomiendan mantener una separación mínima de un metro con respecto a la tubería de drenaje, tratar de colocar la tubería por la periferia o lo más orillado posible, si se coloca por el centro habría que romper el piso para subsanar eventuales fugas. Las tuberías de agua fría y agua caliente deben tener una separación aproximada de unos 20 cm. Por lo general, las salidas de agua caliente siempre se colocan del lado izquierdo, mientras que las de agua fría del lado derecho. Es recomendable que todos los muebles cuenten con una llave de paso para que en un futuro, en caso de existir una fuga o se requiera cambiar el mueble, no se tenga que cerrar la llave de paso general de la instalación, sino solamente la llave de paso del mueble en cuestión. Las alturas estándar de los tubos que alimentan a los muebles son: lavabo, 80 cm; WC 40 cm; llave de regadera, 130 cm; salida de regadera, 200 cm.

Finalmente, aconsejamos a todos los plomeros de nuestro país utilizar materiales de calidad probada y certificada por un fabricante, o distribuidor de prestigio. Conocer muy bien las características de los materiales, así como tomar cursos o talleres de instalación o actualización. Se recomienda realizar al menos dos pruebas de hermeticidad para detectar fugas de agua, se sugiere que la primera se realice antes de llenar las losas con concreto y la segunda antes de instalar los artefactos sanitarios.

Te invitamos a disfrutar el articulo completo en nuestra edición de agosto.

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