Mascaras antigases
Se trata de equipos filtrantes que protegen al usuario de los contaminantes transportados por medio del aire, los cuales pueden perjudicar las vías respiratorias.
El diseño de la máscara antigas fue creado en 1847 por el inventor estadounidense Lewis P. Haslett. En 1912 Garrett Augustus Morgan implementó algunas modificaciones, para que los bomberos las emplearan contra inhalaciones de gas. Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial se volvió a innovar en múltiples modelos de máscaras. Durante este periodo el uso de armas químicas se había desarrollado, por lo que la defensa ante esos ataques también requirió actualizaciones.
No obstante el inicio bélico de esta herramienta, hoy se utiliza en muchos otros ámbitos para proteger de los riesgos invisibles que flotan en el aire. Muchos sectores de trabajo implican contacto con sustancias tóxicas que, paulatina o repentinamente, perjudican el sistema respiratorio. Un respirador es esencial en ambientes enrarecidos y en áreas con altos niveles de agentes contaminantes; por lo que cada sector exigirá diferentes especificaciones en sus máscaras.
Actualmente existe una gran variedad de equipos de protección, pues están destinados a cubrir cada una de las exigencias profesionales; así, resulta indispensable la correcta elección y uso del equipo.
1. Mascarillas. Son un tipo simple de purificador de aire; sólo cubren la boca y la nariz. Se fabrican con papel o algún material esponjoso, y su protección se limita a atrapar partículas o neblinas de aire.
2. Media cara. Se conocen como media máscara. Protegen nariz, boca y mentón. Están hechos de silicona o de materiales plásticos, y utilizan filtros desechables contra gases u otras sustancias peligrosas.
3. Cara completa. Son similares a la media máscara; sin embargo, su protección abarca también los ojos. La careta resguarda el rostro de salpicaduras, sustancias irritantes a los ojos y partículas en el aire.
Para identificar la protección de los filtros, se aplica el siguiente código de colores:
Negro: Es el cartucho contra vapores. Se usa al tratar con pinturas, gasolina o diluyentes.
Blanco: El filtro contra gases ácidos se utiliza contra el cloro, cloruro de hidrógeno, dióxido de azufre, dióxido de cloro, o en fundiciones.
Amarillo: Protege contra vapores orgánicos y gases ácidos, por lo que se adapta a los mismos contextos que los dos filtros anteriores.
Verde: El cartucho contra amoníaco se emplea al revelar fotografías, aplicar fertilizantes o incluso al reparar refrigeradores.
Magenta: Indica un filtro alta eficiencia al que se recurre en la industria del cemento, la molienda y las minas.
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