Mantenimiento de tinacos y cisternas

Debido al uso tan intenso, todos los tinacos y cisternas requieren una supervisión constante y un mantenimiento periódico que asegure la higiene, la integridad, la pureza y la calidad de los líquidos que contienen.

A grandes rasgos, un tinaco o cisterna puede ser un contenedor, recipiente o construcción diseñada para almacenar agua proveniente de un sistema público, de un pozo o incluso agua de lluvia; agua que usaríamos en muchas actividades o aplicaciones como agua potable para consumo humano, higiene y aseo personal; agua para riego de cultivos, para consumo animal, en sistemas contra incendios; preparación industrial de alimentos o bebidas, y en la fabricación o procesos de innumerables productos, entre otros.

Tipos de tinacos, cisternas y tanques elevados
A través del tiempo se han utilizado una gran cantidad de materiales como la madera, cerámica o piedra para la construcción o fabricación de tanques o contenedores de agua, mejor conocidos como tinacos o cisternas. En la actualidad podemos encontrar tinacos o cisternas fabricados con plásticos como el polietileno o el polipropileno, fibra de vidrio, concreto, piedra, hierro o acero. De forma general podemos considerar que los tanques pueden ser públicos (diseñados y localizados para abastecer sectores de una ciudad); o privados (cuando se encuentran al interior de una propiedad privada y abastecen sólo a los que habitan ahí).

Selección de la capacidad de almacenamiento
El primer punto a considerar al seleccionar el tinaco o cisterna más adecuado para nuestro proyecto, es la cantidad de agua que se utilizará, y por lo tanto la cantidad que necesitaremos almacenar para cubrir la demanda. En promedio una persona puede utilizar más de 150 litros diarios, cantidad que multiplicaríamos por la cantidad de personas que habitan o utilizan la instalación diariamente.

El tinaco o cisterna deben de contar con una apertura lo suficientemente grande que permita entrar a su interior para realizar la inspección, el mantenimiento y la limpieza. La apertura debe contar con una tapa hermética que pueda asegurarse o cerrarse por completo, con el objetivo de prevenir la entrada de elementos indeseables como polvo, tierra, bacterias, agua de lluvia, insectos, ratas, residuos fecales, plantas, ramas, basura en general, etcétera.

Consideraciones desde la instalación
Se recomienda instalar la cisterna en un área o zona que permita un acceso fácil para realizar el mantenimiento y limpieza correspondiente. Las cisternas pueden instalarse de forma subterránea o en la superficie, dependiendo del proyecto y de las características de la instalación. Es importante considerar el aislamiento adecuado del cuerpo principal de la cisterna y de sus componentes para evitar daños por congelación, así como mantener una distancia segura de posibles fuentes de contaminación (drenajes, campos sépticos, áreas de almacenamiento de productos químicos, árboles, corrales de animales, etcétera).

Factores que pueden afectar la calidad del agua
Algunos de los factores que pueden afectar la calidad del agua de un tinaco o cisterna son concentraciones elevadas de minerales, subproductos de desinfección y materia orgánica, (recordemos que el cloro puede reaccionar con la materia orgánica e inorgánica). Otros factores son la contaminación por la presencia de animales vivos o la descomposición de animales muertos como insectos, roedores, reptiles, aves, etcétera, los cuales pueden ser arrastrados o haber caído al agua.

Mantenimiento de tinacos y cisternas
Todos los tinacos y cisternas deben limpiarse y desinfectarse periódicamente al menos una vez al año, y con mucha mayor frecuencia si hay una construcción, reparación, trabajo de mantenimiento en la zona, inundaciones en el área cercana a una cisterna subterránea, cuando hay un período extenso sin usar o después de realizar un análisis que indica la presencia de bacterias. Antes de entrar al tinaco o cisterna es necesario desconectar la electricidad si es que existe una bomba de agua en la misma.

Enseguida cerraremos la llave o válvula principal impedir que entre agua. Extraeremos el agua remanente que haya quedado en la cisterna con una bomba de agua o mano con el uso de cubetas y esponjas. Cepillaremos las paredes, juntas (esquinas) y piso. Con el cepillo o escoba juntaremos el material desprendido y lo recogeremos. Posteriormente enjuagaremos las paredes varias veces. Retiraremos el agua que se acumuló y secaremos la cisterna con un trapo. El siguiente paso es la desinfección, para ello agregaremos un litro de blanqueador a base de cloro únicamente, enjuagaremos las paredes y juntas, tallaremos con el cepillo o la escoba durante diez minutos. En seguida enjuagaremos nuevamente la cisterna.

En el caso de tinacos, cerraremos la llave de alimentación. Quitaremos el flotador y la varilla para facilitar la limpieza. Taparemos el tubo de distribución con un material que se pueda quitar fácilmente. Tallaremos el tinaco con el cepillo para quitar el moho que este pegado a las paredes y recogeremos el material desprendido. Desalojaremos el agua que se encuentre en el tinaco junto con los sedimentos. Posteriormente realizaremos la desinfección del tinaco. Añadiremos medio litro de blanqueador a base de cloro, para luego tallar durante 10 minutos con el cepillo todo el interior del tinaco. Desalojaremos el agua que se encuentre en el tinaco junto con los sedimentos, con la manguera succionando el agua para su desalojo.

En momentos de escasez de agua, es vital contar no solamente con la cantidad de agua suficiente para cubrir nuestras necesidades, sino también, asegurarnos que el líquido cuente con la calidad necesaria para su consumo, ya que de esto depende nuestra salud, así que no nos olvidemos de supervisar nuestras fuentes de agua y de realizar el mantenimiento oportuno y adecuado.

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