La pistola de pintura: de la medicina a la industria

Publicado en: Notas | 19 abril, 2016

De uso esencial para el pintor profesional, leda la oportunidad de cubrir superficies como paredes, muebles, radiadores, en un menor tiempo. La pistola de pintura es un instrumento fundamental para realizar un trabajo de calidad y eficiente.

Pistola para abrir

En 1888, el Dr. Allen DeVilbiss desarrolló un método para limpiar la garganta de sus pacientes. Ensambló una bola de goma hueca, un tarro mecánico y un pequeño tubo; al presionar la bola, el dispositivo bombeaba un chorro de medicamento.

Rellenó el tarro de metal con vaselina y con una llama lo calentó hasta pulverizar la vaselina, luego añadió un pico (ahora boquilla) para regular el patrón de pulverización. Ese mismo año DeVilbiss solicitó la patente por este pico y le fue concedida. En 1890, se abrió la DeVilbiss Company en Toledo, Ohio; con el objetivo de abastecer el mercado de los atomizadores médicos que se había incrementado.

En 1905, Tom DeVilbiss, el hijo del Dr. DeVilbiss, empezó a buscar otros posibles usos de los atomizadores, entonces se dio cuenta de que con estos atomizadores médicos también podían pulverizarse perfumes. La empresa produjo atomizadores con sus propias botellas, algunas de ellas estaban hechas de cristal, níquel o incluso oro y plata.

En 1907, Tom DeVilbiss y su equipo inventaron la primera pistola de pintura a base de aire comprimido. Desde entonces su uso se extendió en el mercado industrial.

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