Factores de elección en Focos
En cuanto a los factores que determinan la elección de un foco se encuentran: la zona que se quiere iluminar, el tipo de ambiente y la cantidad de luz necesaria. Enseguida los exponemos individualmente para verlos a detalle.
Elegir la zona: Las habitaciones con colores claros pueden implicar menor cantidad de luminosidad, y por ende, se necesita menor número de lúmenes. La altura de la habitación también puede modificar las exigencias. Mientras más altura tenga, se necesitará mayor cantidad de luz y un ángulo adecuado para iluminar de manera correcta. Por ejemplo, si se necesita un foco para leer o para resaltar cierto punto dentro de un cuarto, se puede usar un foco que alumbre en un ángulo menor a 100 grados. Por otro lado, para iluminar la totalidad de un espacio, se puede colocar el foco en el centro y con un ángulo de 180 grados.
Tipo de ambiente: Otra condición fundamental es el tipo de ambiente, es decir, si se usa para iluminación interior o exterior. No es lo mismo iluminar una pequeña bodega, que utilizar luz para un patio entero o para distintos sectores de un jardín, por esta razón, existen normas particulares para regular la iluminación en ambientes interiores o exteriores; la NOM-030-ENER-2018 para focos exteriores y la NOM-031-ENER-2018 para luz en interiores. Ambas normas oficiales orientan acerca del consumo eléctrico y las condiciones ideales para que se obtenga la mejor vida útil posible en los focos.
Cantidad de luz: Con las dos consideraciones de arriba se determina la cantidad de lúmenes necesaria para determinado espacio. Un dormitorio, aunque tenga una altura considerable, tal vez no necesite la mayor luminosidad, pues es un área de descanso más que de convivencia. En estos casos se pueden usar lámparas de mesa para favorecer la lectura u otras actividades que se realicen en la recámara. En cambio, la cocina, el comedor y la sala son zonas de alta convivencia, que requieren una buena iluminación durante largos periodos. Son esos casos particulares los que exigen el mejor balance de eficiencia eléctrica, es decir, la relación entre la mayor cantidad de lúmenes con el menor consumo de potencia eléctrica en watts. De ese cociente se puede obtener la mejor iluminación de los espacios con un ahorro en el consumo de electricidad.
Para aprovechar de mejor manera la iluminación de un foco y producir un ambiente agradable, hay que tomar en cuenta las características del lugar en el que se usará.
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