El sistema hidráulico y el golpe de ariete
El fin básico de la instalación es alimentar los puntos de consumo de un edificio.
Estos puntos están, generalmente, en los llamados cuartos húmedos. Consisten en las griferías de los llamados aparatos sanitarios: lavabo, bañera, bidé, ducha, fregadero, lavadero, inodoro, urinario, vertedero, o electrodomésticos que utilizan agua: lavadora, lavavajillas y a veces frigoríficos (para fabricación de hielo).
Se utilizan tuberías de cobre y de materiales poliméricos como el PVC, CPVC, PPR, PEX; incluso, aún encontraremos instalaciones de fierro y acero galvanizado (llamada en muchos lugares caña, de donde viene el nombre de cañerías para el conjunto de la instalación) que, a pesar de ser un material muy adecuado, ha dejado de usarse por la dificultad de instalación y, aun más de reparación, y porque tienen problemas de corrosión con el agua caliente.
Los diámetros de las tuberías deben ser los adecuados, pues si son pequeños, aparte de que la red dará caudales insuficientes en momentos de máximo consumo, puede ocurrir el llamado golpe de ariete, cuando se cierra bruscamente una llave o grifo (lo que es fácil con las actuales que cierran con un cuarto de vuelta).
Golpe de ariete
La combinación de alta presión con altas velocidades produce una onda en el fluido que llega al grifo, que se manifiesta en golpe seco en algún lugar de la instalación (codo o derivación), un auténtico martillazo, que acaba por averiar los conductos al repetirse constantemente.
El golpe de ariete se soluciona con grifos de cierre lento (llave de asiento) o con dispositivos antiariete, estratégicamente situados, que consisten en un colchón de aire que absorbe la presión de la onda producida.
El consumo de agua se tiene que ajustar a las costumbres de los inquilinos de la vivienda.
En la tabla siguiente se muestra el consumo aproximado de cada elemento, por cada uso de servicio. Tengamos en cuenta que estas cantidades son de agua mezclada, fría con caliente:
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