El reto de ser distribuidor
Los distribuidores hacen llegar físicamente los productos ferreteros a miles de negocios en todo el país. Empero, las condiciones actuales no son ideales: una economía que no crece, al menos no como se necesita; inseguridad e informalidad que genera una competencia dispareja; normatividad a la deriva y una acérrima competencia global. Aún así, los distribuidores crecen, ejerciendo su labor con entusiasmo, compromiso y trabajo.
Entre una jornada y otra, como suele suceder en miles de negocios, comercios, fábricas y talleres en todo México, se transita rápidamente de 10 a 20 pendientes, todos urgentes. Las juntas nos absorben tiempo y, seamos sinceros: nos consumen enormes dosis de paciencia. Los temas, sí, muy recurrentes: subir las ventas, mejorar los costos, resolver los pendientes de entrega, abarcar nuevos territorios, implementar nuevos servicios y actualizar la página de Internet, entre mil asuntos más. Algunas veces avanzamos como gacela en una sabana, otras nos atascamos, como nuestro auto en un infernal tráfico de viernes. Atendemos las urgencias, y muchas veces, por falta de tiempo, eludimos lo importante.
El mundo está cambiando, y junto con él la forma en que funcionan los mercados. El público está transformando su forma de consumir los productos. Nuestro negocio, sin que nos demos cuenta, podría estar frente a grandes e inéditas oportunidades de crecimiento; o tal vez, frente a una severa crisis de operación y viabilidad a mediano plazo, por lo que debemos estar muy atentos.