El proceso del pulido
El pulido es un proceso mediante el cual se afina la superficie metálica de los objetos, eliminando marcas, roces, ralladuras y soldaduras.
Cuando se pulen, las superficies de los objetos metálicos se liberan de defectos como la oxidación y se vuelven más reflectantes y brillantes, realzando su apariencia. Como lo señalamos al inicio, el pulido de metales puede ser un acabado en sí mismo, sin que le suceda ningún otro tratamiento posterior, o un acondicionamiento previo al recubrimiento de las piezas con otro metal.
El pulido de metales utiliza un material abrasivo para suavizar las superficies. Si el material no está terminado, el pulido constará de varias etapas. Durante la primera etapa, se utiliza un abrasivo más áspero que elimina las imperfecciones del material. Los abrasivos más finos, que dejan el material relativamente sin marcas, se utilizan en etapas posteriores.
Normalmente, el pulido se genera utilizando una partícula abrasiva de micrones finos o sub-micrónicos en combinación con un líquido o pasta. Para lograr un acabado similar al espejo, los compuestos de pulido y lustre generalmente se aplican con pulidoras de alta velocidad. Si bien algunos materiales de pulido se pueden aplicar solos, también se pueden usar ceras, queroseno y otros lubricantes durante el proceso. A menudo, el proceso de pulido utiliza una almohadilla para contener el abrasivo, por lo que es posible que el pulido no sea un “proceso de abrasivo suelto”.
Desbaste. Se trata de desbastar la superficie para eliminar los defectos de la última capa de laca aplicada. Este proceso puede realizarse de forma selectiva, con una lijadora mini-rotorbital, o de forma general sobre toda la superficie de la pieza, con la ayuda de una lijadora rotorbital.
Pulido. Con la ayuda de una pulidora se repasa la zona afectada con pasta abrasiva de corte rápido. Esta acción tiene por finalidad eliminar las rayas generadas por los microabrasivos de grano 1500, 2000 ó 3000, logrando una superficie generalmente matizada.
Abrillantado. Este paso tiene como propósito recuperar el brillo de la superficie matizada y dar uniformidad al acabado de toda la pieza. Con la ayuda de una pulidora y una esponja de pulir, se aplica el compuesto de abrillantado, procediendo a continuación a limpiar la superficie con una bayeta de microfibras.
Protección. Del mismo modo al paso anterior, podemos proteger el acabado final aplicando una mano de cera protectora que hará más duradero el lustre final.
Vale la pena mencionar que durante el proceso de pulido se elimina muy poco material, normalmente medido en micrones. Para lograr un brillo aún más intenso, el pulido se puede realizar con la ayuda de pulidoras estacionarias, amoladoras de matrices o equipos automatizados especializados.
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