El ferretero

Publicado en: | 5 septiembre, 2019

Todos los días me levanto
y acudo a la ferretería.
¿Dónde más conseguiría
para mi trabajo tanto?

El cliente siempre me llama
cuando hay una avería.
Yo reparo la tubería
con ayuda de una flama.

A diario me lleva y me trae
mi coche, siempre veloz.
Le doy las gracias a Dios:
mi mecánico no se distrae.

Y contra la oscuridad,
en el trabajo y las noches,
un técnico me ilumina
gracias a su electricidad.

Incluso en fin de semana
el carpintero y el herrero
me dan descanso certero
con su mesa y su ventana.

Ni mi trabajo siquiera,
ni transporte ni descanso,
yo sólo sé que no avanzo
sin mi tienda ferretera.

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