Barnizar una puerta

Las puertas de madera son elementos tradicionales en las construcciones, además de que brindan una estética agradable.

Sin embargo, factores climáticos pueden llegar a afectar la vida útil del material. El barnizar la puerta es una manera directa de alargar su bienestar o devolverle un estado adecuado, dándole brillo y defensa.

Protección del espacio

Antes de empezar a barnizar debe asegurarse el espacio que rodea a la puerta en cuestión; los pisos y las paredes deben ser cubiertos con hule en un caso y cinta por el otro, con el fin de evitar que el barniz pueda provocar manchas.

Limpieza y restauración

La mejor opción es tener el espacio limpio. La puerta debe estar ajena a restos de polvo, pelusas y otros deshechos que puedan afectar el barniz. Una vez teniendo la puerta limpia, es necesario revisarla a detalle, con el fin de resanar cualquier imperfección que presente la puerta. Se puede utilizar una masilla de un color parecido al barniz que se utilizará, y esperar que seque (aproximadamente dos horas) para lijar la zona después, esto con el fin de eliminar cualquier tipo de borde.

Barnizado

Es necesaria una brocha de cerdas naturales, para aplicar el barniz, comenzando desde el borde inferior hasta el superior, en sentido vertical y evitando pintar dos veces en el mismo lugar, para no generar “rayas” en la puerta, esperar a que seque esta capa de sellado (aproximadamente 4 horas).

Después se lijará la superficie de nueva cuenta, de una forma suave, para poder aplicar la siguiente capa de barniz. Se pueden aplicar cuantas capas sean necesarias para obtener el color deseado, siempre lijando y esperando el secado entre capa y capa.

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