Atomizadores para jardín

Publicado en: Notas | 8 marzo, 2022

Conocidos como aspersores, vaporizadores, rociadores, o pulverizadores, son recipientes en los que se almacenan líquidos que pueden ser expulsados –reduciéndolos a gotas muy finas– gracias a un mecanismo que regularmente se encuentra en la parte superior.

En el mercado existe una enorme variedad, desde los más sencillos y de uso manual para regar las plantas del jardín de casa, hasta los modelos más sofisticados, que permiten la dispersión lo mismo de líquidos, que de productos fitosanitarios granulados e incluso semillas en jardines grandes, parques y áreas medianas de cultivo. Ya sea que se activen con nuestras propias manos o a través de mecanismos neumáticos, cada jardín y huerto tiene un modelo de atomizador adecuado. Por esta razón, decidimos reunir información básica relacionada con ellos, que puede ser útil a la hora de elegir uno.

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Existen una infinidad de modelos de atomizadores para jardín en el mercado, por lo que se recomienda saber ciertas cosas de cada modelo antes de elegir el que nos llevaremos a casa.

De manguera
Se conectan en el extremo de una manguera. Incluyen un recipiente para el producto (ya sean concentrados líquidos, productos granulados o en polvo), un cabezal que permite la proporción correcta entre producto y agua, y una boquilla para rociar el producto a las plantas. Algunas de sus ventajas son que no requieren bombeo, pues la fuerza del agua distribuye la cantidad justa de concentrado en la corriente, y tampoco requieren un trabajo de premezclado, ya que la mezcla se formará cuando el agua pase por el concentrado. Como desventaja podemos señalar que requieren una manguera y que su alcance está limitado a la longitud de la misma. Además, la mezcla a aplicar puede no ser completamente exacta, ya que depende de la presión del agua.

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A compresión
Los atomizadores a compresión ofrecen la gran ventaja de ser portátiles, pues los de mochila pueden cargarse en la espalda. Este tipo de atomizadores son los que se utilizan más comúnmente en el jardín. Se componen de tres partes principales: un tanque con la mezcla de productos, una bomba que produce presión y una boquilla para aplicar el producto a las plantas. Disponibles en versión manual y de mochila, los primeros ofrecen de 4 a 12 litros de capacidad y los segundos tienen capacidades de 18 y hasta 20 litros. Este tipo de atomizadores para jardín son prácticos y versátiles pues sus varillas y boquillas ajustables permiten la aplicación de líquidos en plantas de diferentes tamaños sin tener que agacharse. Algunas de sus desventajas: son los más propensos a obstruirse y sus versiones de mayor capacidad pueden ser demasiado pesadas.

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De gatillo
Los más prácticos para llevarlos a cualquier lugar, la sencillez de su operación también los hace muy socorridos. También conocidos como atomizadores de disparador o desencadenantes, están compuestos de una sencilla manija para operar la bomba del exprimidor que está montada en una botella plástica. Usados frecuentemente como rociadores, funcionan bien si contamos con apenas un par de plantas. Baratos y fáciles de conseguir, este tipo de atomizadores pueden resultar poco prácticos si se tiene que trabajar en varias plantas o árboles. Además, hay que tener cuidado con la botella del atomizador, pues si se usa para un tratamiento con fungicida o pesticida, debe marcarse claramente y ser usada sólo para ese propósito, ya que siempre quedarán residuos de los fluidos usados con anterioridad que podrían perjudicar las plantas.

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