Almacenamiento del cemento

Cuidados y medidas

Así como deben cuidarse los componentes del cemento para lograr su mejor rendimiento, también es cierto que necesitan de ciertos cuidados y medidas durante su almacenamiento. Cabe destacar que el cemento es una sustancia muy sensible a la humedad, de ahí que sus reacciones con el agua permitan el endurecimiento. Sin embargo, esta condición requiere de cuidado especial cuando está almacenado. Por ello, es importante que los lugares en donde se guarden los sacos de cemento estén libres de humedad, al menos en el mayor grado posible. Esto también implica cerrar todas las grietas y aberturas por la cuales se pueda filtrar el agua.

Por otro lado, para reducir la circulación del aire, pueden apilarse los sacos de cemento, de tal modo que se bloqueen los accesos de humedad. No obstante, si se apilan junto a paredes exteriores, la temperatura fría puede endurecer el cemento. Una manera recomendable de apilarlos es sobre una tarima de madera, en donde no tengan contacto con el frío del suelo. Según la norma, lo recomendable es que se almacenen pilas de 14 sacos de altura para periodos de 30 días, y 7 sacos de altura para almacenamientos de hasta 2 meses. Además, es prudente cubrir los sacos con mantas o con algunas cubiertas impermeables.

Otra medida que beneficia el estado del cemento es la planeación y el registro de los sacos

Al tener un control sobre la entrada y salida del cemento, se beneficia el estado de la sustancia y la eficiencia del procedimiento. En esencia, los sacos que tengan más tiempo almacenados deben ser los que salgan primero de la bodega: los primeros sacos en entrar deben ser también los primeros en salir. Al comprar cemento en cantidades prudentes, este principio se vuelve aún más sencillo y el cemento permanece en mejor estado durante periodos razonables.

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